Con su primer libro, el escritor y ex comisario de los Mossos d'Esquadra, ha querido compartir el ambiente que se vivía dentro de la cárcel de mujeres ubicada en el centro de la ciudad de Barcelona y que está bautizada con este nombre tan peculiar que evoca las guerras africanas del siglo pasado. Pero, lejos de analizar estas contiendas, un pequeño grupo de Mossos tendría que lidiar con batallas muy diferentes, como lo eran el tráfico y consumo de drogas en el modulo de madres, donde el acceso está completamente restringido y las presas se encuentran apartadas del resto de reclusas.
¿Cómo era posible que en una zona tan aislada de la prisión de Wad Ras campara a sus anchas la droga, se comercializara con ella y pudiera ocasionar muertes, como en este caso la de Manuela?
Capell fusiona realidad y ficción, dándole sentido a la novela negra y denunciando los sucesos que rodean nuestra sociedad dibujándolos en un marco ficticio.
El caso de la muerte de una reclusa por sobredosis hizo saltar todas las alarmas dentro del centro penitenciario. Corría el año 1.991 y la ciudad se preparaba para unos juegos olímpicos sin paragón. Pero, mientras los constructores se inflaban los bolsillos para lucir una Barcelona nueva, limpia y bonita, una parte del resto de la sociedad vivía anclada en los barrios periféricos donde el desarraigo social y el tráfico de drogas campaba a sus anchas. Fueron años donde se incrementó la tasa de mortalidad por toxicomania mientras mucha gente rica se acabó de enriquecer con sus negocios.
La directora (ficticia) de la cárcel de Wad Ras es consciente de que en su centro hay presas que consumen droga, más concretamente, heroína. En el modulo que pertenece a las madres, seis de las diecisiete reclusas que allí conviven son consumidoras habituales de esta sustancia. Y es que, la droga ya las unía estando en libertad, pues la mayoría de los delitos por los que han acabado presas tienen que ver con la posesión y el tráfico de estas sustancias. En medio de niños y juguetes, el comisario tratará de desvelar como ocurrió esta muerte y de que manera la droga puede campar a sus anchas por las cárceles españolas. Se enfrentará a todas las presas del modulo, tirará de los hilos pertinentes y acabará inmerso en un trama donde los clanes gitanos y los sirios tienen mucho más en común de lo que aparentan.
Cuando los lectores decimos que un libro nos atrapa desde el principio es por algo, y es que, el inicio de una novela debe ser el detonante para indicarle al lector que tiene delante una buena historia. Esta novela reúne varias tramas y subtramas que desvelan como fueron los comienzos de los Mossos d'Esquadra y narra el primer caso de investigación que llevaron a cabo gracias a la confianza que les brindó el juez instructor del caso. Debían de resolverlo presionados por los otros cuerpos, el de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que los seguían pegados a sus talones, reclamando una autoridad que creían exclusiva. Joan Miquel Capell lo ha contado todo desde la experiencia que le brindan sus más de 30 años en cuerpo, asistiendo a multitud de detenciones y dirigiendo las investigaciones de cientos de casos. Hoy, desde la tranquilidad que le da ver las cosas desde fuera, escribe novela negra y la promueve:
"A mi me interesaba explicar la evolución de la policía en nuestro país, el papel que desempeñaban las madres en la cárcel y la soledad que sufría la familia del policía"
Y es que, la fusión de los tres temas es lo que ha hecho posible que conozcamos la novela de Wad Ras desde el punto de vista del comisario que llevó a cabo la primera investigación de los Mossos d'Esquadra que tuvo lugar en Barcelona.
¿Cómo era posible que en una zona tan aislada de la prisión de Wad Ras campara a sus anchas la droga, se comercializara con ella y pudiera ocasionar muertes, como en este caso la de Manuela?
Capell fusiona realidad y ficción, dándole sentido a la novela negra y denunciando los sucesos que rodean nuestra sociedad dibujándolos en un marco ficticio.
El caso de la muerte de una reclusa por sobredosis hizo saltar todas las alarmas dentro del centro penitenciario. Corría el año 1.991 y la ciudad se preparaba para unos juegos olímpicos sin paragón. Pero, mientras los constructores se inflaban los bolsillos para lucir una Barcelona nueva, limpia y bonita, una parte del resto de la sociedad vivía anclada en los barrios periféricos donde el desarraigo social y el tráfico de drogas campaba a sus anchas. Fueron años donde se incrementó la tasa de mortalidad por toxicomania mientras mucha gente rica se acabó de enriquecer con sus negocios.
La directora (ficticia) de la cárcel de Wad Ras es consciente de que en su centro hay presas que consumen droga, más concretamente, heroína. En el modulo que pertenece a las madres, seis de las diecisiete reclusas que allí conviven son consumidoras habituales de esta sustancia. Y es que, la droga ya las unía estando en libertad, pues la mayoría de los delitos por los que han acabado presas tienen que ver con la posesión y el tráfico de estas sustancias. En medio de niños y juguetes, el comisario tratará de desvelar como ocurrió esta muerte y de que manera la droga puede campar a sus anchas por las cárceles españolas. Se enfrentará a todas las presas del modulo, tirará de los hilos pertinentes y acabará inmerso en un trama donde los clanes gitanos y los sirios tienen mucho más en común de lo que aparentan.
Cuando los lectores decimos que un libro nos atrapa desde el principio es por algo, y es que, el inicio de una novela debe ser el detonante para indicarle al lector que tiene delante una buena historia. Esta novela reúne varias tramas y subtramas que desvelan como fueron los comienzos de los Mossos d'Esquadra y narra el primer caso de investigación que llevaron a cabo gracias a la confianza que les brindó el juez instructor del caso. Debían de resolverlo presionados por los otros cuerpos, el de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que los seguían pegados a sus talones, reclamando una autoridad que creían exclusiva. Joan Miquel Capell lo ha contado todo desde la experiencia que le brindan sus más de 30 años en cuerpo, asistiendo a multitud de detenciones y dirigiendo las investigaciones de cientos de casos. Hoy, desde la tranquilidad que le da ver las cosas desde fuera, escribe novela negra y la promueve:
"A mi me interesaba explicar la evolución de la policía en nuestro país, el papel que desempeñaban las madres en la cárcel y la soledad que sufría la familia del policía"
Y es que, la fusión de los tres temas es lo que ha hecho posible que conozcamos la novela de Wad Ras desde el punto de vista del comisario que llevó a cabo la primera investigación de los Mossos d'Esquadra que tuvo lugar en Barcelona.
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