Hang kang narra en La vegetariana una historia llena de complejidades y sintomatologías propias de la cultura asiática. A través de la conducta y las tradiciones de una familia surcoreana, la autora de este brillante libro quiere transmitir a sus lectores una serie de mensajes ocultos en sus páginas. Es por eso que me gusta tanto desconectar del resto de lecturas más tradicionales (y negras) y sumergirme dentro de este mundo, un mundo que a penas conocemos, para disfrutar percibiendo nuevas sensaciones. Leer es vivir. Yo me lo propuse hace mucho tiempo y ahora vivo más y mejor.
"- Nadie me comprende... Ni el doctor, ni las enfermeras... son todos iguales.
- Es que tienen miedo de que mueras.
Yeonghye entornó la vista hacia ella y la miró como se mira a una desconocida.
-¿Y por qué no puedo morirme?"
Página 193
Cierto día, Yeonghye despierta en mitad de la noche y decide dejar de comer carne. Nadie de su entorno entenderá el por qué de esta decisión. Nadie tratará de comprenderla. Simplemente, estaba haciendo algo para lo que su familia no estaba preparada, es decir, tomó una decisión en contra de la voluntad de otras personas. El resultado final de su osadía fue un ataque sin límites con el propósito de hacerla cambiar de parecer. Ni su marido, ni su hermana, ni sus padres pensaron qué motivos podían pasar por la cabeza de una persona para anteponer la felicidad familiar a la suya propia y es que, con este libro, la escritora muestra la incomprensión, la intolerancia, la opresión y el vacío que se va fortificando alrededor de una persona que no pisa las mismas baldosas que los demás.
El relato de Hang Kang se divide en tres partes que describen el sufrimiento de la misma mujer desde diferentes perspectivas. Mientras que la protagonista intenta hacer participe al lector de los motivos de la resolución que marcará su vida, su cuñado se enamorará de ella y de la mancha mongólica que nace donde acaba la columna vertebral. Un amor limitado y escondido que descubrirán mediante el arte que ambos perciben a través de sus cuerpos. Sin embargo, cada acto conlleva asumir múltiples responsabilidades, y para demostrar donde esta la raya que marca lo prohibido, la hermana de la protagonista narrará los sentimientos que le produce esta relación tan peculiar.
La generación de Hang Kang ha nacido marcada por una literatura obsesionada con la guerra civil y la reunificación, sin embargo, la narrativa surcoreana lleva unos años danzando hacia asuntos más estéticos, más internacionales, más intimistas, dándole cierto protagonismo a la intromisión del capitalismo en la vida privada de la gente. El mundo gira y el gigante nos alcanza a todos.
Si tuviera que destacar algo de lectura de La Vegetariana sería la calidad narrativa del texto. El entrelazado de las historias está escrito con el fin de denunciar la violencia ejercida contra la mujer y, en general, contra cualquier ser vivo. La conclusión que ofrece la escritora es objetiva, cada persona toma mil decisiones en un mismo día, pero ¿hasta que punto estamos condicionados por las consecuencias de nuestros actos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario