Muy a menudo, las editoriales pecan de despellejarte el libro con la sinopsis trasera, sin embargo, esto no pasa con Rata Books y es muy de agradecer. Sus portadas son simples, de un único color, con el título, el autor y el traductor. Poco más. De esta forma entras en la historia sin saber que te vas a encontrar, totalmente a ciegas. Y descubrir de esta manera a Hang Kang me ha parecido una idea fantástica.
"¿Acaso hay algo más temible en el mundo que la conciencia limpia?"
Página 134
Me gustó tanto la energía que desprendía el libro La Vegetariana que me puse a investigar más acerca de la autora y su obra. Cuando empecé a leer Actos Humanos identifiqué la linea de narración que utiliza Hang Kang en sus novelas, donde prima el sufrimiento y la atención a las víctimas. Ella te acerca a la cultura surcoreana de una forma sutil y a la vez brusca, narrando la realidad de un país que se ahoga en sus propias leyes políticas.
Los altercados que empacan este libro ocurrieron en Gwangju en mayo de 1.980. La autora ha querido describir los hechos que ocurrieron en aquella jornada de forma intermitente, dando voz a varios de los estudiantes que salieron a la calle y se manifestaron exigiendo la instauración de la democracia en su país. Los actos de estos jóvenes demostraron su valentía y ocuparon páginas enteras de diarios llenos de torturas y muerte.
La publicación de un libro prohibido donde se aclamaba a la anarquía y su posterior adaptación al teatro hicieron de estos sucesos un baño de sangre plagado de estudiantes y jóvenes adolescentes. Dhongho era uno de ellos. Su relato está cargado de emociones donde la contradicción se mezcla con el olor a muerte. La narración de las torturas de los que fueron perseguidos y condenados hace que pases las hojas rápidamente y sientas el mismo dolor que sintieron estos muchachos al ser encarcelados. Pequeños pinchazos se me clavan en las uñas.
Todos los hechos ocurridos durante la revuelta estudiantil fueron violentos y a plena luz del día, sin la menor conciencia de culpa o vacilación y acatando las ordenes de los mandos superiores. Ante tanta impotencia, una pregunta flota durante todo el relato:
"¿Puede el ser humano superar la violencia?"
Hang Kang tenía nueve años cuando el ejercito irrumpió en su ciudad natal, por lo tanto, los recuerdos y fotografías que actualmente tiene sobre este suceso están todavía frescos en su memoria. Al exponer la matanza de Gwangju ahondó en sus interrogantes y buscó soluciones a las preguntas que le inquietaban, de esta forma encara ella la violencia: mirándola a los ojos y describiendo la crueldad y el dolor sin que le tiemble el pulso.
Sin embargo su narración es delicada y exquisita, sin caer en descripciones vulgares o truculentas. En su particular viaje a las profundidades de una la sociedad dictatorial ha encontrado a millones de lectores que la siguen y apoyan, empatizando con su forma de escribir y sus crónicas. Y, es que, como ella afirma:
"...Después de mucho leer solo hallo una respuesta: escribir es preguntar".
M'agrada el nou format. Tot i que jo també posaria la data en el mateix color de lletra
ResponderEliminarJo tamé ho he vist, vaig a canviar-ho. Gràcies Santi.
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