lunes, 2 de abril de 2018

YO NO ERA DE NOVELA NEGRA

           
             Y efectivamente, toda mi vida llevo leyendo narrativa española, hispánica, extranjera. Tochos de novela histórica de los que no recuerdo una sola palabra, ensayos feministas y biografías de todos los personajes que me parecían interesantes, entre ellos Charles Chaplin, Groucho Marx y, el último, Raymond Chandler. Menuda comedia. 
             Toda mi vida llevo dejándome el sueldo en comprar posits de colores que decoren mis libros, lápices, de los de sacar punta y portaminas: es un vicio lo mio. Libretas y libretitas para hacer anotaciones sobre esto o aquello que quiero recordar. Os recuerdo que soy de memoria corta. 
             Toda mi vida llevo preparándome los viajes a conciencia, descubriendo nuevos escritores que me abran los ojos a la realidad del país que voy a visitar. Subrayando, releyendo, buscando. Invirtiendo mi tiempo en ordenar las estanterías por géneros, nunca alfabéticamente, menuda tontería es esa. 

             Y resulta que un día, no se muy bien a santo de qué, nace Conexión Morella y mi vida cambia.
        
            La culpa tiene nombre y apellidos. Paco Camarasa, en su afán de impulsar la novela negra por toda la Península, creó una librería peculiar y cercana, con un proposito claro: vender únicamente novelas de este género. Una librería Negra y Criminal, por donde han pasado todos los autores y lectores negros que tenían que pasar.
             Dos personas muy cercanas a mi, asiduas a la literatura policíaca y ahora amigas, tenían el mismo problema que yo con el sueldo de cada mes. No podían ir Barcelona y no invertir su capital en el conocimiento y descubrimiento de nuevos autores de novela negra. Extranjeros, sí, pero sobre todo autóctonos. De estos que hablan de las profundidades de las ciudades que conocemos. De los han bajado a las cloacas de la Barcelona más sucia, del Madrid más corrupto, de la Galicia perdida, de las islas. Esas islas paradisíacas infectadas de maleantes. De la Valencia del librero. Del norte y del sur. 
             La Conexión surgió en el momento que me comentaron su iniciativa de crear un festival de novela negra en nuestra zona. "¿No hay muchos ya? Sí ¿y qué? Queremos uno propio, por que un señor que se llama Paco Camarasa ("clinc", Conexión Morella) nos ha propuesto fusionarlo con la trufa y lanzar ambos productos juntos".
               
             Es muy triste tener que ir a Barcelona a despedirnos de él cuando debería ser al revés, él debería haber venido a Morella a saludarnos y a contagiarnos de su magia.
             He tenido la suerte de haberlo conocido y, aunque soy consciente de que posiblemente sea la persona que menos le deba a este librero mago de ideas, siempre le agradeceré las interminables tertulias llenas de buenas recomendaciones, la cantidad de conocimientos compartidos y las iniciativas por proyectar el género negro más allá de su librería. Sus ansias por fomentar lectura y la unión, y por vivir y luchar hasta el último minuto. 
             
              Paco, de tus ganas de todo me quedo con la amistad que hiciste que surgiera entre varias personas desconocidas que actualmente profesamos un amor común: el amor por la novela negra. 
          
           Muchos somos los que hoy estamos llorando tu perdida.
             Eso es Conexión Morella. Conexión Morella eres tú.





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