Los reyes mágicos de oriente, que todo lo saben, me hacen "cómplice" de este maravilloso ejemplar dedicado a la memoria de Paco Camarasa, el gran librero impulsor de la novela negra en nuestro país.
A Paco no le hacen falta muchas introducciones para describirlo. Quien tuvo el placer de conocerlo sabe que se encontraba ante una especie humana en extinción, una enciclopedia viviente, un amante de las letras, pasional en su trabajo y sorprendente en todas las facetas de su vida. Pero, si hay un adjetivo que repiten los 26 escritores que han colaborado en este libro, es en el hecho de catalogarlo como una persona generosa. Y es cierto, Paco Camarasa era en extremo generoso y como gratitud a esa muestra de conocimiento desinteresado, de cariño, de amistad y de admiración, las personas que componen los distintos clubs de lectura que él dirigió, han querido recordarlo con un libro publicado por la editorial Alrevés, donde se recogen los testimonios de los amigos que fue dejando por el camino. No están todos, por supuesto, pero la representación generaliza el sentimiento que nos une.
Los orígenes de Paco Camarasa son, cuanto menos, curiosos. Los primeros años de su vida los pasó en Valencia, y como ocurre en casi todas las primeras veces, fue en su ciudad natal donde conoció el éxito de montar una librería y el fracaso de tener que cerrarla; donde descubrió el poder de la juventud y la incapacidad de verse sometido al régimen franquista. ¿Quién nos iba a decir a nosotros, frikis de la novela negra, que una persona que había visitado tantas veces la cárcel por motivos políticos dirigiría, con el tiempo, el club de lectura de los mossos d'esquadra?
Después de su periplo valenciano, se trasladó a Barcelona y ahí se alió con Montse. Montse era algo más que su compañera. Entre los dos formaban un tandem inseparable unido por la literatura. Era fantástico verlos juntos y, durante toda la narración del libro Complices, su mención aparece casi tantas veces como el recuerdo del protagonista. Y es que, aunque Paco sabía mucho de libros, era la Montse la que cocinaba los mejores mejillones al vapor que recuerdan muchos escritores.
Paco Camarasa hizo su última aparición pública en la cárcel de la Modelo, con dos de los grandes: Andreu Martín y Juan Madrid, y ponía el broche final a su carrera en el último acto que presentaba el Festival de la BCNegra de 2.018. El mismo Festival que él había creado 13 años atrás. Espontaneo, como siempre, intentaba camuflar una enfermedad que era patente para todas las personas que lo conocían.
"No he escrito una novela. No lo haré. No tengo imaginación, pero sí soy capaz de crear la novela que mi lector o lectora disfrutará en los últimos tiempos, combinando lo que otros u otras, que están en las estanterías, tienen que decirles"
Página 253
Mi inmersión en el género negro estuvo precedida por las primeras novelas que escribió Henning Mankell sobre el inspector Wallander. No he conocido a ningún otro escritor que detestase tanto a su personaje como Mankell, y por el contrario, tanto me gusta a mi que, conocedora de su triste final (gracias Paco por desvelármelo en tu libro Sangre en los estantes) no he querido acabar de leer la saga que me conduce hacía el final de mi inspector predilecto. Con la obra de Mankell identifico la complejidad humana, social y política de la diferentes culturas, pero gracias a las recomendaciones del librero he conocido ha decenas de autores que me transmiten lo mismo que Mankell, como Yasmina Khadra, Arnaldur Indridason, Petros Markaris o Jean Claude Izzo.
Asistir a la mi primera Bcnegra amplió la lista y las ganas.
En terreno nacional, Paco Camarasa destacó por ayudar a los que comenzaban en este campo tan amplio como lo es el literario. Orientó y guió a muchos de escritores y movió cientos de manuscritos en los círculos editoriales para que pudieran ver la luz. Los relatos de Rafa Melero o Ernesto Mallo son una prueba de lo que escribo, aunque estoy convencida que a Ernesto la ayuda le resultó mucho más provechosa. Las despedidas de Charo Gonzalez y Andreu Martín que se registran en este libro son las mismas que se reprodujeron el día que todos le dijimos adiós al librero y suenan igual de emotivas y alentadoras que sonaron en directo. ¿Es posible combinar ambos adjetivos? Si está Paco Camarasa por el medio, seguro que sí.
En definitiva, el libro de Cómplices es fundamental para empaparnos de las ganas de vivir que tenía Paco Camarasa. Es un indicador firme de constancia e ilusión, y es una caja de sorpresas porque, cada detalle sobre el protagonista te hace ampliar la sonrisa cuando piensas en él, en su vitalidad, en su sabiduría y en su discreción. Paco no se ha ido ni se irá nunca. Paco siempre estará en los estantes de nuestra casa con sus recomendaciones.
"Nosaltres continuarem llegin novel.la negra i segur que quan estiguem immersos en la trama, dins la gabardina d'un detectiu o sentit-nos sols com un forense en un diumenge de guàrdia, pensarem en Paco. Ara deu de estar esperant el dinar quen en Carvalho està preparan a casa seva, a Vallvidriera. Esperem que el famós detectiu no tingui la idea d'agafar Sangre en los estantes per encendre la llar de foc".
Charo Gonzalez
Página 81
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