domingo, 15 de julio de 2018

LA HOGUERA DE LAS VANIDADES

               El 15 de Mayo de este año 2.018 la prensa americana nos despertaba con la noticia de la muerte del escritor Tom Wolfe. A los 87 años, uno de los considerados padres del Nuevo Periodismo fallecía a consecuencia de una neumonia en el hospital de Manhattan. Sus crónicas dieron paso a nuevas corrientes literarias que contaban la realidad de la opulencia a través de la literatura, marcando un antes y después en la sociedad estadounidense. Dentro de este marco de crítica social publicó una veintena de novelas jugando con el escepticismo y la ironía, cualidades que se reflejan en sus textos desde la primera página, y se lanzó a la fama con una novela que despuntó por encima de todas. Me harían falta muchas reseñas poder describir perfectamente las sensaciones que transmite La hoguera de las vanidades, sin embargo, puedo afirmar que, nada más sumergirme en la historia, supe que estaba delante de la buena literatura, esa que parece que hayamos desatendido.



"No hay que olvidar que incluso la verdad puede pasar desapercibida si no se la ilumina correctamente"
Página 820

                Hacía varios años que La hoguera de las Vanidades pululaba por casa, pero de un tiempo a esta parte reconozco que me hacia ojitos. Publicada en el año 1.988 por la editorial Anagrama, este libro cuenta con 750 páginas y una letra minúscula, razón de más para poner todo mi empeño y concentración en la trama y el argumento. 
              El protagonista, Sherman McCoy, se describe a si mismo como el Amo del Universo. Trabaja vendiendo bonos en Wall Street, vive en un piso de 3 millones de dolares y está casado con una de las decoradoras más famosas de la ciudad, aunque él insista en despreciar su trabajo. Su poder le permite costearse unos gastos en su mayoría lujosos e innecesarios que alcanzan la friolera de más de 40.000 dolares al mes. Y claro, con tantas propiedades faltaba mencionar la más importante, Maria: morena, voluptuosa, ambiciosa y millonaria. La desfachatez y prepotencia de ambos, hará que se enrolen en un aventura de futuro incierto y oscuro.

"Todo el piso estaba inclinado hacia el desagüe central. Aún estaba húmedo. Al pisarlo, Sherman notó la leve pendiente del piso. Las últimas gotas de agua se escurrían por el desagüe. Así era el mundo. Un desagüe en el que la humanidad nivelaba todas sus diferencias y razas"
Página 628

En el capítulo 4 empieza la verdadera trama. Saltándose la vía de aceleración que los conduce del aeropuerto al centro de Manhattan, Sherman y Maria se cuelan en el barrio del Bronx con un Mercedes descapotable valorado en 120.000 dolares. El Amo del Universo se encuentra en medio de una jungla rodeado de cientos de caras negras que lo acechan sin cesar. O eso es lo que su mente le hace creer. Puertoriqueños, morenos, encapuchados y oscuridad. Si hay una cosa que caracteriza al señor Wolfe (y a mi me encanta) son las descripciones de los lugares y la gente que los habita. Con una gran capacidad narrativa hace que sientas el mismo pavor que el protagonista mientras cruza las calles de una de las zonas más conflictiva de Nueva York. Los contrastes, el miedo irracional, el desprecio a la raza, el poder que da el dinero y el razonamiento de vivir en la miseria y nadar en la abundancia crea una atmósfera de realidad donde el autor le da la posición que se merece al lector. Y cuando uno se cansa de percibir todas estas desigualdades, los protagonistas pierden el control del supermegacochedescapotable y atropellan a un chico negro que en ese momento no debería de haber estado allí. Comienza otra historia, porque la verdadera la acabas de dejar atrás.

                A partir de este momento, la vida da un giro de 180º para Sherman McCoy, que se ve inmerso en rocambolescas dificultades jurídicas, matrimoniales e, incluso, económicas. Su breve paso por la cárcel del Bronx, estará marcado por la humillación y la derrota. Tanto policías como detenidos pendientes de juicio previo le harán ver la cruda realidad de una sociedad marcada por la decadencia, donde tampoco estará exento del juicio mediático encabezado por el periodista Peter Fallow, otro de los pilares de esta espectacular novela. Y en la trastienda, asomando la patita sin cesar, una pregunta que envuelve todo el libro como papel de regalo:

"¿Vale tanto la vida de un negro como la de un blanco?"
Página 758

              Ya desde la estantería, cuando lo miraba diariamente de reojo, sabía que sería un libro que me gustaría. En el proceso de lectura disfruté marcando páginas enteras y frases hechas para no ser olvidadas. Una vez leído y analizado, soy consciente de que este tipo de literatura ha marcado a la sociedad por muchas razones y es que, cuando un periodista como es el caso de Tom Wolfe, consigue crear una corriente literaria tan fuerte y hacerla suya, el resto de humanos nos tenemos que poner a sus pies. La cuestión es, ¿qué es la buena literatura? y ¿cómo podemos reconocerla?

2 comentarios:

  1. Él y Capote me acompañaron tanto durante la carrera que ya no se separaron de mí. Excelente reseña!!!

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    1. Muchas Gracias Txaro, a mi también me ha impactado este hombrecito!! Un placer conocerte

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