domingo, 20 de mayo de 2018

EL DÍA QUE LEA ALGO SOBRE CHINA Y NO ME SORPRENDA, DEJARÉ DE LEER

MATIZO: DEJARÉ DE LEER LIBROS SOBRE CHINA, por si os habíais asustado.

CHINA FAST FORWARD
Sergi Vicente se licenció en Periodismo en la Universidad de Barcelona en 1.999 y en 2.002 viajó a China para trabajar como corresponsal de TV3. Durante los 12 años que vivió en este país, le dio tiempo de cubrir cientos de informaciones, de viajar por toda su extensión, de conocer territorios y gente extremadamente interesante, y de casarse y formar una familia. En 2.014 decidió volver a Barcelona y pensó que sería buena idea contar su experiencia en un libro. 

A mi, como lectora ansiosa y enamorada de China me pareció una idea fenomenal


"Cuanto más tiempo paso en China, menos capacitado me siento para analizarla" 
Página 14

Él jugaba en casa. En cierto momento contó con el testimonio de sus suegros para completar la información relacionada con la Revolución Cultural que sufrió la población desde 1.966 hasta 1.976. Una herida que todavía no ha cicatrizado y de la que le cuesta mucho hablar a la población china.
Lo mismo ocurre con la revuelta estudiantil que tuvo lugar en la Plaza de Tiananmen en el año 89. Solamente los familiares cercanos de las víctimas que murieron ese día saben realmente que es lo que ocurrió y, tras años de lucha, por fin pudieron conseguir la autorización del gobierno para acceder a la Plaza cada año (aunque solo unos minutos) y rendir homenaje a sus seres queridos el día de su muerte. Me los imagino caminando con unas simple rosas, a hurtadillas y de noche, recordando el valor de sus hijos y llorando en silencio.
Las imágenes del hombre rebelde parando la fila de tanques del ejercito chino con dos bolsas de plástico son estremecedoras. Y no por la estampa en sí, que ya es abrumadora, si no porque después de su actuación, el futuro de esta persona ya estaba sentenciado. 
Sin embargo, no intentes preguntarle a ningún chino por ellas. Para ellos, ese día no existió. 



Nada ocurre en este país terriblemente grande que el gobierno no controle. No se publica una sola información que no pase por el filtro policial de vigilancia extrema. De esta inspección desmesurada sabe muy bien el autor de este libro que ha basado la mayor parte de sus experiencias en los tratos con la policía de cada región que visitó. En cada desplazamiento, en cada intervención televisiva o en cada reportaje de investigación, Sergi Vicente se vio sometido a innumerables inspecciones, cacheos, detenciones e interrogatorios por parte de la policía china con el fin de identificar la información que podría salir del país y poner al gobierno en serios aprietos.


CHINA NO DEJA DE SORPRENDERME
China Fast Forward es el retrato de como vemos el país las personas ajenas a él. De como la vivimos y como la sentimos. 
Especialmente angustioso es el capitulo dedicado a explicar la red de trafico de niños que nació de la demanda de adopciones por parte de Occidente. Una red que la policía desarticuló en el año 2.006 y donde se vieron implicadas decenas de familias sin escrúpulos que se aprovecharon de dichas peticiones para traficar con ellos.
Las prácticas realizadas en los orfanatos entre los años 1.989 y 1.995 para deshacerse de las niñas discapacitadas me dejaron sin cenar la noche que leí ese capitulo. Es tan triste volver a recordarlo que dejo un enlace por si alguien le interesa  "Las habitaciones de la muerte".

Pero Sergi Vicente no solo habla de la parte negativa y escondida que persigue a un extranjero cuando pisa suelo chino. También desmitifica las rutas que hacen los turistas por la parte más comercial de Pekin y Shangai, critica abiertamente el sistema sanitario y alimenticio al que se ve sometido la población y explica muy bien el conformismo y la aceptación de la sociedad con respecto a la poca y mala información que les llega. Su forma de narrar el terremoto de Sichuan producido en el año 2.008, la historia reciente de las vecinas Macao y Hong Kong, o como consiguió adaptarse y formar una familia, hacen que el libro sea cercano, frágil y muy agradable de leer. Una guía imprescindible de información para los lectores interesados en la cultura asiática y para los futuros viajeros que quieran informarse de que país van a visitar.




viernes, 11 de mayo de 2018

LA TRAGEDIA DEL GIRASOL

            Benito Olmo está de vuelta, lo que significa que con él regresan las horas sin dormir vagando por la ciudad de Cadiz y la atmósfera de tensión que se respira cerca de su personaje principal, rodeado de acción y golpes. Muchos golpes.
El inspector Manuel Bianquetti. Ese personaje que podría haber salido de una novela de Ellroy o Chandler. Esa forma que tiene de ponerse el abrigo cuando sale de casa aunque tenga mucha prisa y esos segundos en los que el escritor cede a sus impulsos y describe la forma de sus manos. 
             
Sus seguidores estamos de suerte. 

"Durante aquellos doce meses de inactividad, sus malos modos y su permanente mal humor no había hecho otra cosa que aumentar, y empezaba a ser consciente de que su trabajo como inspector de policía no había sido solo un medio para subsistir, si no también una vía por la que canalizar su rabia".
Página 30




                     El camino de Bianquetti sigue siendo difícil y tortuoso. Suspendido de empleo y sueldo, lleva doce meses de inactividad y se esperan unos cuantos más alejado de la comisaria. La poca afinidad con su superior, Silva, hace que la vuelta al trabajo se presente larga y lenta. Su relación amorosa con Cristina esta llena de distancias y silencios, y esta falta de actividad unida al desasosiego de estar desempleado lo empujará a aceptar un trabajo mal pagado como escolta de una familia adinerada. Lo que él no sabe, muy a su pesar, es que aceptándolo se verá involucrado en una trama de delitos y asesinatos donde todos los implicados ocultan un factor determinante en toda la novela: su verdadera identidad. 

                  Madrileño de nacimiento, Bianquetti se mueve como pez en el agua por las calles de Cádiz con su viejo Opel Kaddet. Y es que, si hay algo que caracteriza a Benito Olmo es en situar esta ciudad, y sus alrededores, como escenarios de persecuciones, tiroteos, palizas y chantajes. Y yo me pregunto, ¿cómo es posible que una ciudad tan pequeña dé tanto juego? Azahara de los atunes, El Puerto de Santa María, el Paseo Marítimo o la Avenida Guadalquivir. El sol, el mar y la situación geográfica del puerto gaditano hacen de su ubicación un suculento manjar para los traficantes que pretenden beneficiarse de las condiciones que les ofrece esta localidad para trabajar a sus anchas.

                    Si pudiera concentrar toda la trama de la novela en una palabra, esta sería, sin duda, ambición. Porque es esta ambición la que hace que los personajes de esta historia deseen más de lo que ya poseen, se deslicen hacia la parte más oscura de la sociedad y pasen por encima de todas las personas de su alrededor. Pero la ambición no solo moverá a los malos ha cometer delitos. También ayudará al protagonista a actuar en beneficio de sus intereses, a buscar la verdad, a investigar a fondo y, fruto de sus deducciones, sacar a relucir toda la verdad del entramado entre las familias Ferraro y Andrade. 

"Le había salvado la vida a cambio de condenar la suya para siempre. "Alguien muere para que otro viva", sentenció Bianquetti y pensó en lo injusta que resultaba aquella sentencia, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de gente que había muerto para que personas como él pudieran vivir"
Página 389

                 Para conocer mejor al inspector Bianquetti, Olmo se encargará de mostrarnos el lado más tierno junto a su hija Sol. Un jarro de agua fría le sobreviene cuando ésta le confirma la intención de cursar los estudios para ser policía. Bianquetti, que se opone tajantemente a que esto ocurra, cederá ante las intenciones de su hija no sin antes exhortarle: si tiene que ser policía, que sea la mejor. Y es que Bianquetti tiene esa forma de proteger a las personas que quiere y apartarlas de la primera linea de fuego en la que se encuentra él. 
            
                Benito Olmo ofrece un estilo literario al que todos los que juntamos letras nos gustaría aspirar, es decir, hacer de esta actividad una cosa fácil cuando en realidad es sumamente difícil. Él tiene la capacidad y la virtud de escribir bien y, aunque parezca simple, yo busco diariamente a ese ser que le tocó con la varita mágica y le concedió esa soltura que muchos escritores buscan y muy pocos encuentran. 

           Enhorabuena Benito, tienes la suerte de que tus historias nos dejen con ganas de más.





martes, 1 de mayo de 2018

TAMBIEN ESTO PASARÁ

"Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra, por cómo pasa sus páginas" Página 76




                     Entre los millones de ejemplares de libros que existen, la casualidad, que a veces tiene nombre y apellidos, hace que me tropiece con TAMBIÉN ESTO PASARÁ y lo devore con ansia. El argumento bien vale que le preste toda mi atención.

                     Blanca se enfrenta a la reciente muerte de su madre. La relación con ella ha sido larga y tormentosa en los últimos meses de convalecencia, luchando contra una enfermedad incurable y viendo como, sin necesidad de hablar, se acerca el día de las despedidas forzosas. La protagonista sabe que nunca más podrá recorrer los caminos que hizo con ella porque los recuerdos le impedirán avanzar en su viaje, pero también es consciente de que el amor le ayudará a superar esta prueba que le ha puesto el destino. Para recuperarse de este trance se refugiará en Cadaqués, el pueblo de su niñez, en el que ha pasado largas noches con su familia y en el que ahora irá a visitar a su madre siempre que quiera.

"El agua helada me sacude, me eriza y me enfurece, me tensa todos los músculos del cuerpo y finalmente, cuando cedo y suelto las guías permitiendo que su fría cuchilla me envuelva, ojos cerrados, cabellos de medusa bailando por encima de mi cabeza sumergida, cuerpo por fín ingrávido, me acoge, me bendice y me disuelve. Me pregunto si será el mar mi último amante"
Página 112

                        La cabeza de la protagonista es un hervidero de reproches constantes hacia su progenitora, pero a la vez admite lo orgullosa que está de que gran parte de su personalidad sea la herencia que ella le haya dejado. Y este conglomerado de sentimientos hace que le resulte imposible despedirse de ella. 
                       Lo bueno de Blanca es que no solo ama a su madre, a la que tiene presente en todo el monólogo interno que es este precioso libro. Ella tiene mucho amor que repartir y para soportar su angustia se refugia en sus amigos, en sus hijos y en sus perros. En sus amantes y en el sexo, y denuncia:

"Conseguir sexo es relativamente fácil, conseguir que alguien te abrace durante toda la noche es otra historia, y ni siquiera eso garantiza un sueño plácido"
Página 67

                        Siento una total predilección por los libros narrados en primera persona. La historia me roza mucho más que si estuviera contada en tercera y pienso que este tipo de historia está hecha para que la escritora nos envuelva con ella. De qué forma lo hace es inexplicable. Yo, que me identifico por intentar ponerle una palabra descriptiva a todo, aunque no sea necesario ni haga falta, me quedo muda y sorda ante tantas muestras de amor y a la vez tanto dolor. Ante tanta sencillez y tanta desolación que, en este caso, es la muerte de una persona. 


"El amor de mi vida eras tú y ningún otro amor huracanado podrá con el tuyo. Después de todo, amamos como nos han amado en la infancia, y los amores posteriores suelen ser sólo una réplica del primer amor. Te debo, pues, todos mis amores posteriores"Página 77

                        Milena Busquets llena de silencios un libro cargado de palabras. Tengo que reconocer que he pasado largos minutos reflexionando sobre la composición de una simple frase y alimentando mi incertidumbre a medida que llegaba al final de la historia, momento en el que se desvela el significado del título. 
Por todo esto y muchas otras cosas más...
...este es el libro al que podría recurrir una y otra vez cuando no sepa que leer. Del que me gustaría hablar citando sus frases textualmente. El que podría releer cada año o cada mes o cada día o cada hora. El que me remueve por dentro y que, después de cerrar pienso, 
este es el libro que me hubiera gustado escribir a mi.