miércoles, 27 de febrero de 2019

CANCIÓN DULCE de Leïla Slimani

"El bebe ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido. Lo tendieron en una funda gris y cerraron la cremallera sobre el cuerpo desarticulado que flotaba entre los juguetes"
Página 1



Leïla Slimani es una joven escritora de origen franco-marroquí (de madre franco-argelina y padre marroquí) con un apariencia física cercana, entrañable y realmente atractiva. Cuando la oyes hablar, el sonido de su voz es cautivador, sosegado y tranquilo. Sus gestos acompañan a sus palabras. Sus ojos no dejan de buscar la confirmación de la interlocutora que tiene delante. Su sonrisa contradice la dureza del mensaje. Y es que, Leïla Slimani es, toda ella, una crítica social para quien la quiera oír, con un mensaje claro y transparente que lanza a través de sus libros, y con unas ideas que brotan por todos los poros de su piel. 

Empieza su intervención en el Festival de Bcnegra 2.019 contando a que dedica la mayoría de su tiempo libre y a nosotros, un auditorio entregado, nos deja con la boca abierta. Las calles de París dan para mucho juego, por eso le gusta observar detenidamente los movimientos de los vagabundos y analizar el comportamiento de las "nannys" en los parques cuando cuidan a niños que no son sus hijos, y sentencia: 
"Ellos son la gente que nadie mira" y "la geografía es el estigma de las clases sociales"
El silencio reina en los cines "Aribau" de Barcelona. Las 250 personas que la escuchamos tenemos los ojos muy abiertos y yo, que soy de sorpresa fácil, me frustro cuando me doy cuenta que no puedo tomar notas y mirar la reacción de mis compañeros al mismo tiempo. La escritora nos cuenta, a través de sus experiencias, el argumento de su libro "Canción Dulce" (Cabaret Volatir, 2.017) donde dos niños que están aprendiendo a caminar son asesinados a manos de su cuidadora. 



Es la geografía la marca de nacimiento que segrega a las personas que practican otra religión, tienen otra cultura y son de otro color. Y de eso trata el libro de esta joven escritora donde un matrimonio joven con aspiraciones laborales muy elevadas decide tener familia y renunciar a gran parte de su vida social por ampliar la estirpe. El lector no tiene que pensar mucho si el mensaje es claro y directo: el padre de familia no renuncia a nada de su anterior vida y la madre a todo, menos a la crianza. Así que, para no disolver la unión marital, deciden buscar ayuda fuera de las paredes de su casa y entregar la educación de sus hijos a una persona desconocida. En este punto, el matrimonio comulga con las mismas ideas porque ambos buscan la parte egoísta del momento que están viviendo. Paul piensa que si alguien externo los ayuda, él podrá seguir con la misma vida que lleva y que le gusta. Miriam cree que si delega la crianza de sus niños unas horas al día, podría volver al trabajo, sentirse realizada profesionalmente y continuar con la rutina pre maternal, cosa que necesita. Así que ambos emprenden la búsqueda de "la persona" con unas aspiraciones muy claras: bajo ningún concepto una persona extranjera criará a sus hijos, aunque Miriam tenga raíces árabes. 
Cuando encuentran a Louise (Santa Louise) el cielo se les abre. Parece una persona normal pero ellos todavía no saben que misterios guarda la cabeza de una mujer que ha sido vapuleada durante toda su vida. Solamente ven lo que quieren ver y lo que ella se esfuerza en demostrar: es amable con los niños y está disponible las 24 horas. En el mundo en el que viven los protagonistas de esta historia eso es lo único importante porque la filosofía de vida está clara: "para algo le pagamos".

Dentro de una casa conviven varios mundos y es aquí, en un terrero donde pensamos que estamos seguros, donde hay más hostilidad y vergüenza, donde no se miden las distancia y no hay intimidad. Cuando una persona entra en tu casa, ya no le puedes ocultar nada y sin embargo, mientras ese extraño nos conoce, nosotros, los propietarios, nos esforzamos en no conocer nada del trabajador.

La novela de Leila Slimani es una novela de lucha de clases sociales donde se palpa la violencia sin gritos y con naturalidad, que es lo que más aterroriza. Los personajes se esfuerzan por mimetizarse para disolver las barreras que los separan pero desde la primera linea la trama esta expuesta. No se le oculta nada al lector y en este aspecto la considero transparente, cualidad que atribuyo a autora del texto. Pero también es sádica y retorcida, como la mente de la asesina de la novela. El conjunto de todos los adjetivos hace que sea inquietante y que a través del texto nos hagamos mil preguntas, por que si tú, lector, lees el libro de Leila Slimani y las tripas no se te remueven por dentro es que algo, muy grave, te está pasando.




miércoles, 20 de febrero de 2019

SIGUE LA MALA VIDA de Carlos Quílez

Personas adictas a las drogas. Padres de familia profesionales del delito. Aficionados reincidentes. Veteranos. Atracadores de bancos. Gitanos. Mercheros. Payos. Extranjeros. Personajes que visten de traje y chaqueta. Jueces. Policías. Fiscales y, en la mayoría de los casos, adolescentes desorientados.

Todos entran en el saco de la mala vida cuando se habla de cometer un delito, ya sea por una minucia o por algo mucho más grave. Hay de todos los gustos y para todos los colores, como un amplio abanico de fechorías donde el ciudadano puede escoger que es lo más feo de la sociedad o lo que más representa a su barrio. Yo, desde luego, ya he elegido y, aunque parezca que la diversidad de personas que pasean por estas páginas pertenecen a distintas clases sociales, hay una palabra que los une en este libro: todos son delincuentes. 


"Pasaron los años, y la droga, el desarraigo, la desgracia humana y la soledad socavaron el alma y la mente de ese hombre bueno, cuyo corazón y cerebro resistían a las tormentas zambullidos en una palangana de coñac barato"
Página 48

Once historias reales, y dos cuentos. Carlos Quílez emerge de las cloacas para contarle al lector las historias de la mala vida, esas que salpican las periferias de las grandes ciudades con personas atrapadas en un mundo carente de color y que llenan los banquillos de los tribunales con sus derrotas. Nada ni nadie justifica sus delitos, pero no debemos olvidar que a muchos de ellos los lanzaron al vagón de cola sin preguntar que tipo de vida querían llevar, como los ejemplos de José Palomino o Jesús Contreras, personas con nombres y apellidos que fueron víctimas del poder que ejercían dentro de la cárcel y acabaron siendo adictos a sus estancias. Vidas maltrechas que, en un momento determinado, el escritor comparte con su hijo y su sobrino adolescentes, acercándolos a esa parte de la sociedad que muy difícilmente conocen y enseñándoles la vida perra, como la llama él. Una lección de gratitud por lo que somos y tenemos es leer historias de este tipo de personas y, aunque yo os podría ofrecer un tour rápido por mi barrio (insisto: rápido), donde hubo una época en que los traficantes crecían como las flores, es mucho más aconsejable (y seguro) leer el libro de Carlos Quílez. 


Pero el escritor no solo conoce a pequeños maleantes, que, a mi entender, son los menos peligrosos. En el capitulo cuatro, y en tan solo dos páginas de narración, se empeña en describir algo que más difícil de asimilar, es decir: los desequilibrios que padece una minoría de funcionarios de nuestro país que condenan a estos delincuentes de pacotilla. Carlos sabe bien de lo que habla (o por lo menos, eso parece) cuando los cataloga en varios grupos y subgrupos y los expone a la opinión pública. Delincuentes de postín: jueces y fiscales sucios, corruptos, peseteros, prevaricadores e inmorales. En este grupo de indecentes también habría cabida para personas desequilibradas, acomplejadas, imprevisibles y atormentadas. Obsesionadas, vanidosas e injustas. ¿En serio el abanico de adjetivos es tan amplio para describir a las personas que imparten justicia en nuestro país? Pero tranquilos, no está todo perdido. El 95% del resto de funcionarios entraría en el grupo de los decentes, aunque también hay alguno que, aunque no sea peligroso, tampoco está comprometido con su función. No se excede, no se posiciona. Son un grupo equidistante, (una palabra que se ha puesto muy de moda), especuladores y oportunistas. ¿Pero este no era el grupo de los buenos? No. El grupo de los buenos es una minoría dentro de la mayoría. Es decir, esas personas que hacen que nuestra sociedad funcione y lo hacen pagando un altísimo precio que arrastran en forma de envidias, críticas, amenazas y problemas personales. Para ellos no hay atajos ni medias verdades. Son personas honorables y "luchan contra la delincuencia, especialmente la de cuello blanco".

Después de leer este capítulo, el lector borra de su mente los pequeños detalles leídos con anterioridad y se olvida de los menudeos que envuelven a los relatos de secuencias vulnerables. No obstante, no podría acabar la reseña de este libro sin analizar concienzudamente el capítulo del policía que "hincha a tortazos" a un detenido, o el del compañero que falsifica unas pruebas incriminatorias para escurrir el bulto. La palma se la lleva el juez que, para no procesar a sus compañeros, les pide que muevan al detenido para no ver los moratones de su cara que le habían propinado horas antes. Esta es nuestra sociedad y la moraleja es bastante básica: ni los buenos son buenos ni los malos tan malos.

Los jueces, los fiscales, los de arriba, los de las altas esferas, son los que más miedo dan. A fin de cuentas, ese temor nace del poder que pueden llegar a ejercer sobre el resto de mortales con total impunidad. Y pobre de nosotros si (diosnoloquiera) un día acabamos en sus manos. 

Señor Quílez, ¿para cuando un libro que hable de los violadores en grupo, de las "manadas" que se han puesto moda o de la edad de los delincuentes, cada vez más jóvenes? ¿Para cuando un libro sobre la mafia china que tan presente está y tan poco molesta? ¿O de a corrupción de los empresarios y la banca andorrana? Ánimo, seguro que conoce varias historias que nos pondrían los pelos de punta y nos acercarían a la realidad. Esa, que cada vez más, nos empeñamos en desconocer.



domingo, 17 de febrero de 2019

TIGRES DE CRISTAL de Toni HIll

"La gente hablaba del sueño de los justos, pero no era más que una simple frase hecha. El único sueño profundo de verdad era el de los poderosos, no porque sus conciencias estuvieran libres de pecados sino porque se hallaban exentas de miedos. Dormían bien porque se sentían seguros, porque en lo profundo de su ser eran conscientes de que nadie se atrevería a hacerles daño."
Página 152




Toni Hill asistirá al próximo Festival de novela negra que tendrá lugar en Morella el fin de semana del 22 al 24 de Febrero. Ante la perspectiva de tener una agradable conversación con él, me he enfrascado en su última novela "Tigres de cristal" y la he devorado con ansia, el argumento bien ha valido la pena.

El acoso escolar es un tema que siempre ha estado presente en las aulas. Lo fantástico del caso (y mi tono de voz es completamente irónico) es que ahora todo el mundo dispone de una cámara adosada al teléfono móvil para poder grabarlo, compartirlo y escamparlo de una forma rápida y cruel. Es el nuevo método para, una vez finalizada la "pelea", humillar todavía más a la víctima. Los tiempos corren de una forma apresurada y en algunas ocasiones, los avances pueden ser un arma de doble filo para los niños. Mis padres, que aprendieron a utilizar la calculadora bien entrados los años 70 (y en el trabajo), no conciben la videollamada gratuita que ofrece la aplicación de washap ni tampoco entienden muy bien cual es el verdadero significado de las redes sociales. Posiblemente no les interese mucho conocer el ritmo al que estamos sometidos los jóvenes, adictos a los teléfonos móviles, y desde luego, en su micromundo prehistórico que ellos se empeñan en mantener, tampoco les interesa que los desconocidos vean donde pasan sus vacaciones. Aunque muchas veces se entusiasmen cuando les llega una foto en cadena y se muestren solícitos a compartirla, nunca lo hacen publicamente por el desconocimiento que supone el manejo de Facebook o Instagram. Es hermoso ver como se ríen entre ellos sin necesidad de que esa felicidad este basada en los "megusta" que la publicación pueda recibir si la hubiera subido a su perfil cibernético. Digo todo esto porque el teléfono móvil cobra una especial relevancia en un determinado momento del libro "Tigres de Cristal" cuando una compañera accede al dispositivo de su amiga para distribuir fotos privadas y mantener conversaciones eróticas con los contactos de washap haciéndose pasar por la dueña del terminal. Desde luego, cualquiera de los mortales evitaría tener amigas como esa, pero Alina, la víctima y propietaria de 15 años, todavía no conoce la verdadera identidad que se esconde detrás de la adorable Lara... (Estoy tranquila, Toni no me conoce lo suficiente como para honrarme bautizando a un personaje taaaaaan malo con mi nombre. O sí. Ya hablaremos, Toni). Un estudio reciente avalado por psicólogos y pedagogos desaconsejan el teléfono móvil a niños menores de 12 años y el uso del washap a los menores de 16. Una medida de este tipo aplicada consecuentemente podría evitar muchos problemas de violencia en este periodo de cambios que supone la adolescencia para una persona.

"El odio tiene mucha más memoria que el amor"
Página 74

Pero, dejando a un lado todo lo que rodea a la actualidad, Toni Hill basa su libro en dos épocas diferentes con un mismo nexo de unión: la violencia infantil ejercida por un niño dominante sobre otro vulnerable. La mayoría de las veces, no hay ningún motivo para que se produzca un enfrentamiento entre chicos o chicas de la misma edad. Una simple mirada puede desencadenar un odio contenido por mil razones: la envidia, los celos o un carácter desenfrenado hacen que el más débil de los oponentes se vea sometido a todo tipo de vejaciones por parte de la persona más fuerte y todo el séquito que la acompaña. En este caso, Joaquin era un chaval que le dedicaba más tiempo a la calle que a cualquier otra cosa, alejado de una educación familiar sólida. Se desmarcó como el macho alfa del grupo, el malote del barrio y no por que destacara positivamente en algo, ni mucho menos, sino porque repartía estopa a diestro y siniestro indistintamente y por diferentes motivos. Es por eso que todos los niños de su edad sufrían su carácter violento, y es por eso que en un momento determinado acabaron con su vida. Solo tenia 14 años, pero alguien decidió que ya haba vivido suficiente. 

"Esta no solo es la historia de un crimen infantil, las rencillas de unos niños que desembocaron en una tragedia. También es la crónica de un infancia, una época, de unos adultos que resolvieron el tema atendiendo más a razones de amistad que de justicia y de unos chavales que se dejaron llevar por emociones tan básicas como la lealtad, la venganza o el miedo"
Página 81


viernes, 15 de febrero de 2019

TALIÓN de Santiago Diaz. Finalista Premio Tuber Melanosporum. Morella 2.019

TALIÓN es la aplicación de la misma condena con la que se pena a la persona que ha cometido una falta. 
TALIÓN es la ley bíblica que obliga a matar por venganza. 
TALIÓN significa ojo por ojo. Pero... 
TALIÓN también es la desesperación, el ansia y la justicia de una persona que no tiene nada que perder.
TALIÓN es el libro de Santiago Díaz con el que pasarás la noche en vela. 
Y ya sabéis... quien avisa no es traidor.



"Mas si hubiera muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe" 
Éxodo 21:23-25

La periodista Marta Aguilera recibe la peor de las noticias: un tumor en su cerebro avanza rapidamente y su oncólogo no se anda por las ramas: apenas dos meses la separan de la vida y la muerte. Su situación empeora cuando el mismo doctor le avisa de que, la única operación que podría salvarle la vida, es una solución que se no se contempla debido al avanzado estado en el que se encuentra la enfermedad. Un jarro de agua fría le sobreviene a la protagonista de esta historia cuando analiza las circunstancias en las que se encuentra. En vista de esta precaria situación, Marta se plantea varias alternativas para invertir el tiempo que le queda de una forma práctica: tiene dinero ahorrado y podría pasarse varios meses viajando hasta quedarse sin fondos o varada en cualquier playa caribeña hartándose de mojitos, pero le aterra que la muerte le sobrevenga fuera de casa y le cause mucho papeleo a la poca gente que tiene a su alrededor. También cabe la posibilidad de saldar la cuenta pendiente que tiene con su padre, ir a buscarlo y pedirle explicaciones de por qué la abandonó cuando solo era una niña, pero no cree que tenga fuerzas suficientes para soportar su respuesta. La solución que más baila por la triste y magullada cabeza de Marta Aguilera tiene una forma diminuta y peligrosa: si consiguiera que alguien le proporcionara una cápsula de cianuro se suicidaría antes de que aparecieran los primeros síntomas indicadores de su extinta salud. No quiere consumirse siendo consciente de la miseria en la que se ha convertido su vida, pero al mismo tiempo, esta joven periodista sabe que su vida vale demasiado para desaprovecharla quitándose del medio tan facilmente. Un run run le sobreviene, caliente como el pinchazo de una inyección de Urbason, mientras escucha la noticia de la muerte de una niña de siete años a manos del asesino que la ha violado hasta acabar con su vida. Su indignación va en aumento cuando no hay pruebas que inculpen al principal sospechoso de la muerte de la pequeña y éste goce de total libertad ¿En serio la justicia va a dejar libre a un asesino? 



 Al mismo tiempo y muy cerca del escenario por donde se mueve la periodista enferma, el trabajo se le acumula a la inspectora Daniela Gutierrez. Además de resolver los asesinatos que un justiciero esta cometiendo por su cuenta y riesgo, se le suma la incapacidad de gobernar a un hijo adolescente que juega más de la cuenta con las drogas. La perdida en un atentado terrorista de su marido y su hijo mayor ha minado la poca relación que le queda con su único hijo, y lidiar con los problemas cotidianos cada vez le resulta más difícil. El extra de trabajo que está teniendo ultimamente tampoco se lo pone fácil para dedicarle el tiempo que necesita a su familia y es que, "el justiciero", pretende que sea ella, y solo ella, quien investigue los casos de asesinatos en serie que está cometiendo. ¿Donde y cuando acabará está cadena? ¿Cual será la última víctima? 

"Hoy voy a matar a un hombre que se merece morir, un canalla al que muchos matarían si no temiesen las consecuencias"
Página 117

Cuando empiezas a leer el libro Talión, intuyes que la historia de la periodista Marta Aguilera en algún momento se cruzará con la de la inspectora Daniela Gutierrez, pero a medida que te vas sumergiendo en la trama, no sospechas en que lugar ocurrirá ni como sucederá el encuentro. Y es que la tensión se palpa en cada hoja. La inquietud se mide en los pequeños detalles: orientativos, metódicos, imprescindibles. No hay un capítulo en el que el escritor deje un cabo suelto, incluso los personajes secundarios tienen su minuto de gloria cuando se resuelve el entuerto y el lector descubre cual será el final de cada uno de ellos. La pederastia, la trata de blancas, el proxenetismo, el tráfico de drogas, la dependencia, las peleas de perros, el terrorismo, lo grupos ultra derechistas... en algún momento de nuestra vida hemos leído sobre alguno de estos temas y, aunque parezca que el escritor no nos está contando nada nuevo en su libro, unirlo todo y crear un argumento coherente, atractivo, armonioso y letal cómo el del libro Talión, es un trabajo costoso y digno de admirar.

Para finalizar, e intentando no desvelar un solo detalle más de la historia, apostillaré, desde mi humilde punto de vista de ávida y voraz lectora, que es de la forma en la que concluye TALIÓN como debe acabar un buen libro: con todas las tramas y subtramas cerradas hermeticamente, preparadas para continuar la saga de la inspectora sin necesidad de echar la vista atrás. 

Mi pregunta es... ¿Volveremos a ver a Daniela Gutierrez en escena? ¿Cuando leeremos algo nuevo, Santiago?

sábado, 9 de febrero de 2019

PREMIO TUBER MELANOSPORUM. MORELLA 2.019

Si el Festival de Morella negra com la trufa se caracteriza por algo (aparte de por la trufa, que es el puntal aromático que ameniza las charlas con los escritores... y aparte del entorno bohemio que se recoge dentro de sus murallas... y aparte de la literatura, no solo literatura, sino buena literatura) es por su Premio, dedicado a la primera novela escrita por un escritor novel. Este año, en su tercera entrega, la selección definitiva ha sido difícil y complicada. De entre las dieciséis novelas publicadas entre agosto de 2.017 y septiembre de 2.018, el jurado, compuesto por ocho miembros lectores y un comisario apasionado, ha decidido que las finalistas que optan a ganar el Tuber sean...






WAD RAS, publicada por la editorial La Magrana y escrita por Joan Miquel Capell

El tráfico y consumo de drogas dentro del modulo de madres de la cárcel de mujeres de Wad Ras les proporcionó a los Mossos d'Esquadra la posibilidad de investigar un caso por primera vez. 
El escritor y excomisario de los Mossos, Joan Miquel Capell lo narra desde la experiencia que le han brindado sus más de 30 años dentro del cuerpo.



TALIÓN, publicada por la editorial Planeta escrita por Santiago Díaz

Talión es la aplicación de la ley bíblica de "ojo por ojo." En este contexto, Santiago Díaz, guionista desde hace más de 20 años, ha querido hacer sentir al lector la sed de venganza de su personaje principal que, debido a una serie de circunstancias personales, aplica la justicia a su manera porque no tiene nada que perder.


VIENEN MAL DADAS, publicada por la editorial Roca Libros escrita por Laura Gomara

La desolación y la realidad se reúnen en este libro en forma de ficción. Su personaje principal lo ha perdido debido a la crisis económica que esta padeciendo (desde hace demasiado tiempo) nuestro país y la escritora ha sabido versionar la realidad para contárselo al lector de forma cercana. Laura Gomara es licenciada en filología hispánica y se dedica al sector editorial.


MORIR NO ES LO QUE MÁS DUELE, publicada por Espasa escrita por Inés Plana

El tema de la maldad, en su amplio conjunto, es lo que transmite el libro publicado por Inés Plana, periodista y directora de la revista "Vivir bien". Sus personajes principales avanzarán en su desarrollo personal y familiar junto con la trama y el lector será participe de estos cambios al mismo tiempo que ellos. 


LLEUGERA SANG, publicada por Llibres del delicte 
escrita por Xavier Zambrano

Un detective fracasado que intercambia a menudo la identidad con la de su hermano gemelo, se ve atrapado en la desaparición de una joven y su secuestro. El escritor, licenciado en filología inglesa, actualmente trabaja como traductor al catalán de novelas de género negro, como los relatos de Sherlock Holmes o de autores contemporáneos como Dennis Lehane o Philip Kerr.



¿Cual os llama más la atención? ¿Habéis leído alguna?
El ganador del Premio Tuber Melanosporum se dará a conocer el sábado 23-F (una magnífica fecha) en el Salón de la Justicia del ayuntamiento de Morella. 
¿La hora? Las 19.15h. 
Estará precedida por una mesa compuesta por escritores que basan sus novelas en Castellón y sucedida por una mesa titulada "¿Jóvenes Asesinos?" donde los escritores Toni Hill y Agustín Martínez nos hablaran de la violencia que se ejerce a muy temprana edad.

¿Te lo piensas perder?


viernes, 8 de febrero de 2019

VIENEN MAL DADAS de Laura Gomara. Finalista Premio Tuber Melanosporum. Morella 2.019


Ruth Santana es un chica joven y normal, con la vida que podría llevar cualquier chica joven y normal de su edad. Una hipoteca, una pareja, un trabajo y ganas de vivir son los motivos que le anclan a esta vida, tan superficial como difusa.
Sin embargo con una simple y rápida vuelta de tuerca, los problemas empiezan a aflorar en su vida y los castillos que cree que son los pilares que la aguantan, se empiezan a desmoronar arrastrándola con ellos. La relación en pareja falla, la persona afectada se queda con una hipoteca que no se puede permitir pagar y esa misma imposibilidad económica le limita, lógicamente, las ganas de vivir. Ante la desesperación de encontrarse en la nada más absoluta, comienza trabajar a destajo y entra en el límite de la supervivencia. Vivir se ha convertido una condena. Contarlo, en una vergüenza. 




Desgraciadamente, el capitalismo es la base que sostiene la sociedad en la que vivimos y nosotros, simples mortales, corremos como borregos cegados por el dinero para seguir el mismo patrón comunitario, hipotecándonos con una vivienda que no acabaremos de pagar hasta que seamos ancianos, creando unas normas morales y religiosas que lo único que hacen es controlar nuestra conducta, y buscando una protección económica que nos ata al trabajo sin posibilidad de vivir plenamente la vida. Una vida que muy pocas veces pensamos: es la única que tenemos.
Y lo peor de todo, el pequeño grupo de gente que decide no seguir las pautas son tachadas y señaladas por peternecer al sector de personas raras, bohemias, vividoras e irresponsables.

Laura Gomara expone todo lo dicho anteriormente en su libro Vienen mal dadas (Roca Editorial, 2.017) y lo cuenta a través de su protagonista, una chica que se encuentra al límite de la inanición. Ruth Santana tiene 27 años y trabaja en la oficina de una una imprenta durante el día y haciendo horas extras en un almacén de transporte por las noches. Ha sido desahuciada de su piso y, para no perderlo totalmente, sigue pagando una hipoteca que le sangra todos los meses hasta el último céntimo que gana. La guinda del pastel la pone la habitación de mala muerte donde convive con unos compañeros de piso que la boicotean para que abandone ese espacio mínimo de dos metros cuadrados. Su existencia se reduce a una mochila, y fuera de ella solo dispone de unas sábanas de raso azul que le dan mala suerte y un libro que le regaló su anterior jefe.

Pero una noche, todo cambia. Sentada en un callejón, pensando en cuales serían los beneficios de quitarse la vida o seguir viviendo medio muerta, aparece un tipo que le ofrece 600€ contantes y sonantes. Su estado no le impide intuir que hay gato encerrado en esta suculenta oferta, así que reusa la ayuda del desconocido, a sabiendas que este dinero le evitaría muchos dolores de cabeza (y de estómago). Es consciente de que no puede devolverle el préstamo y no quiere contraer más deudas con nadie. Sin embargo, el hombre misterioso que durante toda la novela se caracterizará por tener las manos muy grandes, la presiona para cogerlo y solo le pide una cosa a cambio: que escuche cuales son los proyectos que tiene destinados para ella y que le cambiarán para siempre la vida.
Cuando estás desesperado no te asusta nada, ni piensas en nada, ni temes a nadie. Y Ruth Santana está desesperada. Así que acepta la propuesta de este hombre desconocido y, por una vez, disfrutará de la vida.

La trama de la novela de la joven Laura Gomara es inquietante debido al realismo que se respira si lo comparamos con los sucesos de actualidad que ocurren en el día día. El argumento, cargado de las descripciones que acompañan a los personajes, está bien expuesto, respetando los espacios y dando lugar al lector para conocer los diferentes aspectos que envuelven al peculiar equipo creado por el hombre misterioso de manos grandes. Todo en esta vida tiene un por qué, y la protagonista de la historia descubrirá que, antes que ella, ya había gente pasando por las mismas dificultades económicas que la han sumido en un pozo sin fondo, así que aunque actúen contra el sistema de una forma efectiva pero poco ética, aceptará una oferta que le permitirá vengarse de las pocas y malas oportunidades que le ha brindado la vida.


miércoles, 6 de febrero de 2019

WAD RAS de Joan Miquell Capell. Finalista Premio Tuber Melanosporum. Morella 2.019

Wad Ras es la primera novela que ha escrito Joan Miquel Capell y que ha sido seleccionada para optar al Premio Tuber Melanosporum que otorgará el Festival Literario de Morella Negra com la trufa el próximo 23 de Febrero de 2.019. 



Con su primer libro, el escritor y ex comisario de los Mossos d'Esquadra, ha querido compartir el ambiente que se vivía dentro de la cárcel de mujeres ubicada en el centro de la ciudad de Barcelona y que está bautizada con este nombre tan peculiar que evoca las guerras africanas del siglo pasado. Pero, lejos de analizar estas contiendas, un pequeño grupo de Mossos tendría que lidiar con batallas muy diferentes, como lo eran el tráfico y consumo de drogas en el modulo de madres, donde el acceso está completamente restringido y las presas se encuentran apartadas del resto de reclusas.
¿Cómo era posible que en una zona tan aislada de la prisión de Wad Ras campara a sus anchas la droga, se comercializara con ella y pudiera ocasionar muertes, como en este caso la de Manuela?  

Capell fusiona realidad y ficción, dándole sentido a la novela negra y denunciando los sucesos que rodean nuestra sociedad dibujándolos en un marco ficticio. 
El caso de la muerte de una reclusa por sobredosis hizo saltar todas las alarmas dentro del centro penitenciario. Corría el año 1.991 y la ciudad se preparaba para unos juegos olímpicos sin paragón. Pero, mientras los constructores se inflaban los bolsillos para lucir una Barcelona nueva, limpia y bonita, una parte del resto de la sociedad vivía anclada en los barrios periféricos donde el desarraigo social y el tráfico de drogas campaba a sus anchas. Fueron años donde se incrementó la tasa de mortalidad por toxicomania mientras mucha gente rica se acabó de enriquecer con sus negocios.

La directora (ficticia) de la cárcel de Wad Ras es consciente de que en su centro hay presas que consumen droga, más concretamente, heroína. En el modulo que pertenece a las madres, seis de las diecisiete reclusas que allí conviven son consumidoras habituales de esta sustancia. Y es que, la droga ya las unía estando en libertad, pues la mayoría de los delitos por los que han acabado presas tienen que ver con la posesión y el tráfico de estas sustancias. En medio de niños y juguetes, el comisario tratará de desvelar como ocurrió esta muerte y de que manera la droga puede campar a sus anchas por las cárceles españolas. Se enfrentará a todas las presas del modulo, tirará de los hilos pertinentes y acabará inmerso en un trama donde los clanes gitanos y los sirios tienen mucho más en común de lo que aparentan.

Cuando los lectores decimos que un libro nos atrapa desde el principio es por algo, y es que, el inicio de una novela debe ser el detonante para indicarle al lector que tiene delante una buena historia. Esta novela reúne varias tramas y subtramas que desvelan como fueron los comienzos de los Mossos d'Esquadra y narra el primer caso de investigación que llevaron a cabo gracias a la confianza que les brindó el juez instructor del caso. Debían de resolverlo presionados por los otros cuerpos, el de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que los seguían pegados a sus talones, reclamando una autoridad que creían exclusiva. Joan Miquel Capell lo ha contado todo desde la experiencia que le brindan sus más de 30 años en cuerpo, asistiendo a multitud de detenciones y dirigiendo las investigaciones de cientos de casos. Hoy, desde la tranquilidad que le da ver las cosas desde fuera, escribe novela negra y la promueve: 
"A mi me interesaba explicar la evolución de la policía en nuestro país, el papel que desempeñaban las madres en la cárcel y la soledad que sufría la familia del policía" 
Y es que, la fusión de los tres temas es lo que ha hecho posible que conozcamos la novela de Wad Ras desde el punto de vista del comisario que llevó a cabo la primera investigación de los Mossos d'Esquadra que tuvo lugar en Barcelona.