lunes, 28 de enero de 2019

LA MALA HIERBA de Agustín Martinez.

"La realidad es violenta. No hay paraísos inmunes a ella. En la imaginación de algunos existe un mundo rural ficticio, tan idealizado como los recuerdos de la infancia, un mundo que traen en la cabeza los neorrurales que dicen querer alejarse de la alineación de las ciudades y volver al contacto con la naturaleza, con la esencia del ser humano. Quizá la urbanidad de las ciudades sea una impostura, pero, ¿quien quiere enfrentarse a como somos realmente?"
Página 176



Jacobo todavía no es consciente de donde se encuentra ni quien es esa gente que lo observa y lo rodea día y noche. Su estado comatoso le impide abrir los ojos más de un par de minutos al día y siempre que lo hace percibe las mismas sombras, deduce a las mismas personas... una mujer con el uniforme hospitalario... un hombre de traje y chaqueta y... de nuevo, vuelta a dormir.
Lo que Jacobo tampoco sabe es que ese estado de inconsciencia en el que se encuentra es mucho mejor que la realidad que le espera una vez despierte por completo. La verdad será dura de asimilar, sobre todo cuando se entere que ha sobrevivido al intento de asesinato que ha organizado su hija de catorce años.

Antes de que lector digiera lo que acaba de leer, el escritor lo sitúa en contexto, saltando entre la realidad que esta viviendo Jacobo y los motivos que lo empujaron a emprender un viaje sin retorno con su familia, compuesta por su mujer, Irene y su hija, Miriam. La crisis económica y laboral ha arrasado su vida y lo ha sumido en la peor de las circunstancias, empujándolo a mudarse de ciudad para vivir en el cortijo familiar y aceptando que, este cambio drástico de vida, está llevándose la ilusión con la que debe vivir su hija la adolescencia. 
El odio, la rabia y el desprecio que siente Miriam por sus padres se palpa en cada página de la novela. Y todo ese rencor es fruto de las decisiones que han tomado para poder ofrecerle una vida mejor, pero Miriam solo piensa en que la aldea donde se van a vivir está a varios kilómetros del cortijo donde se van a instalar, en los cambios que supondrá insertarse en un nuevo de colegio y en la perdida de sus amigos de la infancia. ¿Qué será lo siguiente que hagan sus padres, atarla a la pata de cama con grilletes? Sumida en su particular mundo de decepción, intenta pasar los días sin otra particularidad que atormentar a sus padres con sus quejas. Las malas notas, la incapacidad de adaptación en el instituto, y su falta de empatía, está acabando con la paciencia de su padre, que se preocupa porque el fino hilo que une a su familia no acabe de romperse irremediablemente. 
Pero Jacobo no se acuerda de ninguno de sus problemas anteriores, por lo menos hasta el momento en que se despierta en el hospital principal de la ciudad de Almeria y, los profesionales que lo acompañan lo invitan a que recuerde cual es el último momento que tiene grabado en su memoria...

..."La mancha que se había transformado en tu cara, Irene, era lo único que había ante mis ojos. Una masa informe donde me habría gustado hundir las manos para colocar cada cosa en su lugar".
Pagina 93

Las investigaciones que lleva a cabo la Guardia Civil no dejan lugar a dudas, Miriam ha organizado el asesinato de sus padres con la ayuda de unos matones serbios que le presentó un amigo en común y los mensajes de washap eran la prueba más firme a la que se agarraban. El asalto a su casa no había sido un robo, ni tampoco una casualidad. Jacobo, se encuentra en una situación desesperada que transmite en cada movimiento, en cada pensamiento, en cada acción. Está en su derecho de confiar en la inocencia de su hija pero, al mismo tiempo le resulta difícil no escuchar a los expertos que le indican, metódicamente, cual ha sido el procedimiento empleado para contratar a dos asesinos que han acabado con la vida de su mujer. 


No os confiéis, la trama que ha creado Agustín Matínez es mucho compleja que lo aparenta en un primer momento y a medida que el lector entra en el juego, es difícil que salga ileso de la partida. La cantidad de personajes malvados que aparecen en esta novela no se pueden contar con los dedos de una mano y, la desconfianza que te crean cuando los conoces, hace que cambies de opinión en cada momento buscando al verdadero asesino de Irene, la única víctima de esta historia ¿Quien es el personaje misterioso que apodan el Jifero? ¿Cómo cambió la vida de Jacobo cuando lo conoció? ¿Cuanta culpa tiene el Rubio de las desgracias que le ocurren a esta familia? ¿Quien dice la verdad y quien miente? ¿Está la abogada de Miriam en lo cierto cuando asegura que su cliente es inocente? ¿Y la niña, que grado de culpabilidad tiene al querer matar a sus padres aunque sostenga que no lo ha hecho?

El ambiente desértico en el que se basa la novela, la sequedad que nos recuerda a los campos del sur, la soledad de sentirse abandonado en medio de la nada y el ambiente caluroso y pegajoso donde transcurre la historia hacen que el lector sea participe de cada acto, teniendo siempre presente que el libro de La mala hierba está basado en un pueblo donde todos se odian, pero todos quedan para ir a cenar.

"Si arrancamos a la tierra sus cosas preciosas, invitamos al desastre. Esto no es ningún libro de Paulo Coelho; es una profecía hopi. Y se está cumpliendo: hemos robado tantas cosas a esta tierra que se está volviendo contra nosotros. Somos su plaga".
Página 137

viernes, 18 de enero de 2019

EL SECRETO ESTÁ EN SASHA de Rafa Melero

Pero, ¿quién es Sasha? Al lector no le da tiempo a encariñarse con esta joven porque, con una página de diferencia, pasa de ser una prostituta rusa adicta a la heroína a la víctima de un asesinato que tiene lugar en un bosque perdido de la localidad de Girona. 
Así de fuerte empieza Rafa Melero en su novela "El secreto en Sasha" y así de fuerte continua toda historia hasta su desenlace, 300 páginas después. 

 "Un sentimiento de derrota lo invadió y, por primera vez en su vida, deseó no ser un servidor público. En algunos casos, la ley no esta hecha para hacer justicia. Muchas veces los malvados se aprovechan de que sus perseguidores se tienen que regir por estrictas reglas éticas y morales que ellos ignoran. Son esclavos de leyes que les garantizan unos derechos que delincuentes y asesinos desprecian"
                                                                     Página 20

El escritor ha elegido el nombre de Igor Orlov para identificar al protagonista de esta novela cómo podría haber elegido otro del montón de los rusos. Lo ha ubicado en la Costa Brava, bajo el amparo de un buen sol, y lo ha encadenado a una serie de sucesos relacionados con la mafia de su país para ampliar la visión que el lector tiene sobre este tema. En mi caso, nulo. 
Igor Orlov finge ser un magnate de la industria petrolífica pero su verdadera vocación es tratar cualquier tipo de trabajo que, desde la patria, le pueda suponer una ganancia. Además sabe que prosperar en España es fácil. Ha elegido nuestro país porque la corrupción aflora a raudales y la compra de políticos está a la orden del día, de ahí que le resulte un lugar ideal para blanquear el dinero que le entra de sus negocios, todos sucios. Sin embargo, a medida que avanzo en la trama del libro, me doy cuenta de que la organización criminal de los rusos es mucho más compleja de lo que aparenta y no menos interesante, es decir, estas personas no disponen de ningún inmueble a su nombre, pero todo les pertenece a ellos: locales, bares, casas, incluso personas. Son capaces de llenar el país con toneladas de droga y armas sin tener ningún permiso legal del lugar donde aterrizan. Su lema es la clandestinidad. Y lo mejor de todo es que, esta multinacional, no tiene escrúpulos para acabar con quien se interponga entre los negocios y ellos, por eso tienen a tanta gente a su disposición. Son grupos criminales que se financian exclusivamente mediante los delitos y que tienen una lealtad entre ellos inquebrantable. 
Y en medio de todo el tinglao que ocupa esta gente, que no es poco, un mosso d'esquadra y una inspectora de la Policía Nacional investigan el asesinato de varias mujeres con perfiles totalmente diferentes.


Por supuesto, la identidad de de Sasha no se revela hasta el tramo final de la novela y el descubrimiento de su historia une todos los hilos que el escritor ha ido dejando por el camino. La trama de la novela está bien trabajada y bien explicada para los que no tenemos ni idea de asesinatos, inspectores, policías y rusos. Y, aunque hayan peces gordos implicados y asesinatos paralelos a la investigación que llevan a cabo para destapar a la mafia rusa, el tema principal es, sin lugar a dudas, la visibilización de un problema que arrastramos desde hace mucho tiempo en nuestro país y que el escritor y mosso d'esquadra, Rafa Melero, deja patente en esta frase, con la que concluyo la reseña:
"Es casi obligatorio para un grupo criminal tener a policías, jueces, fiscales y, sobre todo, políticos, comprados"
Página 92

Señores, ahí queda eso.



domingo, 13 de enero de 2019

JUSTO de Carlos Bassas del Rey

Hay muchas formas de escribir una novela ambientada en Barcelona. La ciudad se presta para crear diversos ambientes, jugar con sus barrios, recrearse en sus calles y, sobre todo, describir a la gente que la habita. Agruparlo todo y que el argumento sea original, directo y realista, es otro cantar.


"He aprendido dos cosas sobre el ser humano a lo largo de los años. La primera es que existen hombres malos. Auténticos cabrones. La segunda, y más importante, es que ellos no son el verdadero peligro, si no el resto de la humanidad. La masa silenciosa. La masa temerosa. La masa obediente. La gente de bien, de ley, de orden que agacha la cabeza, calla, y después se excusa"
Página 82

Justo es el protagonista de esta historia. Su edad no es ningún misterio: desde el inicio de la novela, el escritor deja claro que al protagonista le faltan dos telediarios para irse a chupar gladiolos. Sin embargo, eso no es ningún impedimento para que, bien entrado en los setenta, se convierta en un asesino en serie. Todavía no necesita utilizar el andador y, aunque de vez en cuando se le escape alguna gotita cuando está a punto de apretar el gatillo, está en contra de las compresas para hombres, por muy buenas y prácticas que sean. Ni hablar. No quiere saber nada de ellas. Justo es un personaje muy peculiar, está enamorado de la Remedios, aunque él todavía no lo sepa, y tiene solo dos amigos íntimos, ¿para qué más? Pero la característica más particular que le da forma a toda la trama de la novela es que se aprovecha de la ventaja que le ofrecen sus años para repartir justicia con equidad. El exceso de confianza de la gente que rodea a sus próximas víctimas le permite recrearse en sus asesinatos, sabe que el mínimo fallo destaparía el entramado que le ha costado tantos años crear, así que lo planea todo hasta el último detalle: matar no es una cuestión de rapidez, es una cuestión de calma. Elige a sus víctimas y las fulmina, la mayoría de las veces con una semiautomática que se guarda en los calzoncillos, ¿quien va a cachear a un abuelo meón? Otras veces con las armas con las que lo atacan los sicarios que tiene delante. La cuestión es matar. Eso sí, siempre, a los malos.

Pero, todo asesino tiene un móvil. ¿Cual es de Justo? Según su madre judía, él ha sido elegido de entre un número de hombres santos para venir al mundo a impartir justicia, y aunque ella ya no esté presente para decírselo a diario, sí que vive en la cabeza de su hijo para recordarle en qué consiste su misión. Pero que no os engañe esta tapadera burda y banal, el motivo que empuja a este anciano a tomarse la justicia por su cuenta tiene nombre y apellidos, y motivos muchos más sólidos que las afirmaciones de una pobre vieja que vive anclada en su memoria. 

"La capacidad del ser humano para engañarse solo tiene un parangón: la de ignorar su propia ignorancia."
Página 19

Las primeras impresiones cuando empiezas a leer un libro son las más importantes, las que más cuentan, y de ellas te tienes que fiar cuando te hablan. A medida que te adentras en la historia es más fácil sentir empatia con lo que estás leyendo, e involucrarte en la trama ya no es tan difícil. Cuando finalmente la historia concluye, la opinión del lector es firme. Tiene claro si le ha gustado o no computando todos los datos anteriores. 
Pero Carlos Bassas del Rey te rompe la cadera en la primera página de su libro. La narración es tan directa que no puedes pestañear entre renglón y renglón. Acordarte de respirar es fundamental para continuar viviendo, pero Justo (el personaje) muchas veces te dejará rozando la parada cardíaca. Dejar vagar la imaginación en otros temas que no sean la historia que tienes delante te puede salir caro, es por eso que el lector tiene que estar alerta ante los detalles, pues cualquier nombre cobra importancia en el momento menos inesperado. Pero tranquilos, su lectura no os va resultar nada difícil. El escritor no utiliza envoltorios ni envolturas y hace que, en cada página, haya un escena de acción protagonizada por un abuelo de setenta años. Recuerdo el día que Paco Camarasa me descubrió la trilogía marsellesa de Jean Claude Izzo: "Te gustará porque este es tu estilo. Va con tu personalidad" me dijo el librero. Y yo difruté en cada calle imaginándome a un Favio Montale hiperactivo, auténtico, demacrado, hambriento. La comparación no es "justa", desde luego (Carlos es mucho más guapo que Jean Claude y Montale mucho más joven que Justo) pero, si hablamos de estilo, ha hecho que me haya sentido igual de a gusto con su libro que con la trilogía francesa, que lo haya devorado y, finalmente, compartido con vosotros con las sensaciones a flor de piel. Mi opinión final ha sido tan positiva que me ha descuadrado los esquemas para el próximo Ranking 2.019, planteándome la posibilidad de hacer uno nuevo cada mes. 
Bravo Carlos. Tu novela me ha recordado tanto a Izzo que os voy a poner juntitos en la estantería negra; no quiero que se me olvide que Justo, sin tener nada que ver con Montale, ha unido a dos escritores con el mismo estilo.

"Las cosas simples son las más bellas"
Página 158


jueves, 10 de enero de 2019

CÓMPLICES

Los reyes mágicos de oriente, que todo lo saben, me hacen "cómplice" de este maravilloso ejemplar dedicado a la memoria de Paco Camarasa, el gran librero impulsor de la novela negra en nuestro país.

A Paco no le hacen falta muchas introducciones para describirlo. Quien tuvo el placer de conocerlo sabe que se encontraba ante una especie humana en extinción, una enciclopedia viviente, un amante de las letras, pasional en su trabajo y sorprendente en todas las facetas de su vida. Pero, si hay un adjetivo que repiten los 26 escritores que han colaborado en este libro, es en el hecho de catalogarlo como una persona generosa. Y es cierto, Paco Camarasa era en extremo generoso y como gratitud a esa muestra de conocimiento desinteresado, de cariño, de amistad y de admiración, las personas que componen los distintos clubs de lectura que él dirigió, han querido recordarlo con un libro publicado por la editorial Alrevés, donde se recogen los testimonios de los amigos que fue dejando por el camino. No están todos, por supuesto, pero la representación generaliza el sentimiento que nos une.
Los orígenes de Paco Camarasa son, cuanto menos, curiosos. Los primeros años de su vida los pasó en Valencia, y como ocurre en casi todas las primeras veces, fue en su ciudad natal donde conoció el éxito de montar una librería y el fracaso de tener que cerrarla; donde descubrió el poder de la juventud y la incapacidad de verse sometido al régimen franquista. ¿Quién nos iba a decir a nosotros, frikis de la novela negra, que una persona que había visitado tantas veces la cárcel por motivos políticos dirigiría, con el tiempo, el club de lectura de los mossos d'esquadra? 
Después de su periplo valenciano, se trasladó a Barcelona y ahí se alió con Montse. Montse era algo más que su compañera. Entre los dos formaban un tandem inseparable unido por la literatura. Era fantástico verlos juntos y, durante toda la narración del libro Complices, su mención aparece casi tantas veces como el recuerdo del protagonista. Y es que, aunque Paco sabía mucho de libros, era la Montse la que cocinaba los mejores mejillones al vapor que recuerdan muchos escritores.
Paco Camarasa hizo su última aparición pública en la cárcel de la Modelo, con dos de los grandes: Andreu Martín y Juan Madrid, y ponía el broche final a su carrera en el último acto que presentaba el Festival de la BCNegra de 2.018. El mismo Festival que él había creado 13 años atrás. Espontaneo, como siempre, intentaba camuflar una enfermedad que era patente para todas las personas que lo conocían.

"No he escrito una novela. No lo haré. No tengo imaginación, pero sí soy capaz de crear la novela que mi lector o lectora disfrutará en los últimos tiempos, combinando lo que otros u otras, que están en las estanterías, tienen que decirles"
Página 253

Mi inmersión en el género negro estuvo precedida por las primeras novelas que escribió Henning Mankell sobre el inspector Wallander. No he conocido a ningún otro escritor que detestase tanto a su personaje como Mankell, y por el contrario, tanto me gusta a mi que, conocedora de su triste final (gracias Paco por desvelármelo en tu libro Sangre en los estantes) no he querido acabar de leer la saga que me conduce hacía el final de mi inspector predilecto. Con la obra de Mankell identifico la complejidad humana, social y política de la diferentes culturas, pero gracias a las recomendaciones del librero he conocido ha decenas de autores que me transmiten lo mismo que Mankell, como Yasmina Khadra, Arnaldur Indridason, Petros Markaris o Jean Claude Izzo.
Asistir a la mi primera Bcnegra amplió la lista y las ganas.
En terreno nacional, Paco Camarasa destacó por ayudar a los que comenzaban en este campo tan amplio como lo es el literario. Orientó y guió a muchos de escritores y movió cientos de manuscritos en los círculos editoriales para que pudieran ver la luz. Los relatos de Rafa Melero o Ernesto Mallo son una prueba de lo que escribo, aunque estoy convencida que a Ernesto la ayuda le resultó mucho más provechosa. Las despedidas de Charo Gonzalez y Andreu Martín que se registran en este libro son las mismas que se reprodujeron el día que todos le dijimos adiós al librero y suenan igual de emotivas y alentadoras que sonaron en directo. ¿Es posible combinar ambos adjetivos? Si está Paco Camarasa por el medio, seguro que sí. 

En definitiva, el libro de Cómplices es fundamental para empaparnos de las ganas de vivir que tenía Paco Camarasa. Es un indicador firme de constancia e ilusión, y es una caja de sorpresas porque, cada detalle sobre el protagonista te hace ampliar la sonrisa cuando piensas en él, en su vitalidad, en su sabiduría y en su discreciónPaco no se ha ido ni se irá nunca. Paco siempre estará en los estantes de nuestra casa con sus recomendaciones.

"Nosaltres continuarem llegin novel.la negra i segur que quan estiguem immersos en la trama, dins la gabardina d'un detectiu o sentit-nos sols com un forense en un diumenge de guàrdia, pensarem en Paco. Ara deu de estar esperant el dinar quen en Carvalho està preparan a casa seva, a Vallvidriera. Esperem que el famós detectiu no tingui la idea d'agafar Sangre en los estantes per encendre la llar de foc".
Charo Gonzalez
Página 81


sábado, 5 de enero de 2019

TODAS LAS LECTURAS DE 2.018

Cuando la gente, conocedora de mi hábito lector, me pregunta con cuantos libros he cerrado el año, yo siempre les respondo que lo importante no es la cantidad, si no la calidad. 
Aun así, estoy muy contenta de que el 2.018 me haya dado la oportunidad de leer 105 volúmenes. He pensado que, para tenerlos todos bien registrados, voy a dejar la lista colgada en el blog y así le podéis echar un vistazo, a ver si hay alguno que os interesa. 

Dentro del cómputo global también he incluido los abandonados, que han sido en total cinco y las decepciones, que han sido más de cinco pero conseguí llegar hasta el final, muy a mi pesar. Entre los NORECOMENDBLESBAJONINGUNCONCEPTO incluiría La desaparición de Stefanie Mailer de Joel Dícker y Jazz para el asesino del hacha de Ray Celestin, ambos aburridos y extensos. Y entre los SORPRENDEMENTEBUENOS os aconsejaría la novela gráfica de Paco Roca, los clásicos de ciencia ficción como Rebelión en la granja o Farenheit 451 y el mes de diciembre entero. 

Espero que disfrutéis, siempre, con la lectura. Y si no lográis hacer de ella el motor de vuestra vida, por lo menos que creéis un hábito. Leer, es vivir. 

ENERO
- Las hermanas, Stefan Zweig
- En torno a la literatura, Gao Xingjian
- El arte de no amargarse la vida, Rafael Santanadreu
- Una lectora nada común, Alan Bennet
- La soledad de Patricia, Carlos Quílez
- Invierno ártico, Arnaldur Indridason
- Madre hay más que una, Samantha Villar
- Massa mares per a un fill, Dora Muñoz
- Justicia Uniforme, Donna Leon
- Hipotermia, Arnaldur Indridason
- Tres funerales para Eladio Monroy, Alexis Ravelo
- Giley, Julian Ibañez
- Mis rincones oscuros, James Ellroy
- La Dalia negra, James Ellroy

FEBRERO
- Solo los muertos, Alexis Ravelo
- Los tipos duros no leen poesía, Alexis Ravelo
- Recuerdos sin retorno, Daniel Vázquez Sallés
- Highlife, Leye Adenle
- La verdad del Caimán, Massimo Carlotto
- Muerte con pingüino, Andrei Kurkov
- La transmigración de los cuerpos, Yuri Herrera
- Farenheit 451, Ray Brandbury
- Clavícula, Marta Sanz
- Jazz para el asesino del hacha, Ray Celestin

MARZO
- El blues de la semana más negra, Andreu Martín
- El libro de arena, Jorge Luis Borges
- Historia universal de la infamia, Jorge Luis Borges
- Ser feliz en Alaska, Rafael Santandreu
- Fariña, Nacho Carretero
- La casa, Paco Roca
. Laëtitia o el fin de los hombres, Ivan Jablonka
- Las flores no sangran, Alexis Ravelo
- Arrugas, Paco Roca
- Manos sucias, Carlos Quílez
. La librería, Penelope Fitzerald
- El faro, Paco Roca
- Las calles de Arena, Paco Roca
- Confesiones de un hombre en pijama, Paco Roca

ABRIL
- La encrucijada, Paco Roca
- La vegetariana, Hang Kang
- Idiotizadas, un cuento de empoderadas, Moderna de pueblo
- Por mucho que duela, Tyler Knott Gregson
- Flores negras para Michael Rodick, Daniel Vázquez Sallés
- La vuelta a mundo en ochenta días, Julio Verne
- China Fast Foward, Sergi Vicente
- Manifiesto animalista, Corine Pelluchón
- La tragedia del girasol, Benito Olmo
- El oficio más hermoso del mundo, Josep Martí Gomez
- Rendición, Ray Loriga
- También esto pasará, Milena Busquets

MAYO
- Ojos azules pelo negro, Margarite Duras
- Conduce rápido, Diego Ameixeiras
- HNegra, Fernado Marias y 21 escritoras más
- Piel de policía, Andreu Martín y Carlos Quílez
- El don de arder, Ima Sanchís

JUNIO
- Manual para las mujeres de la limpieza, Lucia Berlín
- El hombre que amaba a los perros, Leonardo Padura
- Antología de relatos de terror, H.P. Lovecraft
- Mientras escribo, Stefen King
- Animales de compañía, Josep Martí Gomez
- Asesinato en la oscuridad, Margaret Atwood
- Un pacto de amor, mi vida junto a Vicente Ferrer, Ana Ferrer
- Lo peor de todo, Ray Loriga
- La hoguera de las vanidades, Tom Wolfe

JULIO
- Honrarás a tu padre y a tu madre, Cristina Fallarás
- El pico del diablo, Leon Meyer
- Actos humanos, Hang Kang
- Y si quieres saber de mi pasado, Chavela Vargas
- Te quiero porque me das de comer, David Llorente
- Querida Ijeawele, Chimamanda Ngozi Adichie
- La lección de anatomía, Marta Sanz
- El proxeneta, Mabel Lozano

AGOSTO
- Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi Adichie
- El peligro de la historia única, Chimamanda Ngozi Adichie
- Donde siempre es medianoche, Luis Artigue
- Tiempo de ratas, Marc Moreno
- La desaparición de Stefanie Mailer, Joel Dicker
- Algo alrededor de tu cuello, Chimamanda Ngozi Adichie
- Rebelión en la granja, George Orwell

SEPTIEMBRE
- El dios de las pequeñas cosas, Arundati Roy
- El talento de Mr. Ripley, Patricia Highsmith
- Mujeres de Bombay, Jaume Sanllorente
- Vienen mal dadas, Laura Gomara
- Viaje de un egiptólogo ingenuo, Tito Vivas
- Hijos del Nilo, Xavier Aldekoa
- Muerte en el Nilo, Agatha Christie
- Los días, Taha Hussein
- Los desorientados, Amin Maalouf

OCTUBRE
- El día que mataron al líder, Naguib Mahfouz
- El callejón de los milagros, Naguib Mahfouz
- El edifico Yacobian, Ala Al ASwany
- Todo ese fuego, Angeles Caso
- Diario de un fiscal rural, Taha Hussein
- Lonely Planet de Egipto (de cabo a rabo)

NOVIEMBRE
- Persépolis, Marjane Satrapi
- El gran libro de los perros, 52 autores
- Americanah, Chimamanda Ngozi Adichie,
- Khalil, Yasmina Khadra
- A merced de un dios salvaje, Andrés Pascual
- Jan Al Jalili, Naguib Mahfouz

DICIEMBRE
- Mala hierba, Agustín Martinez
- Talión, Santiago Díaz
- Morir no es lo que más duele, Inés Plana
- Wad Ras, Joan Miquel Capell