sábado, 16 de junio de 2018

EL DON DE ARDER

Viajo a Marruecos desprovista de cualquier libro sobre el país. Sacrilegio. ¿Como me ha podido pasar algo así?  Sin embargo, no será por falta de libros pendientes de leer que pueblan mis estanterías. Echo un vistazo a mi al rededor, y aunque no encontraré nada basado en el Sahara, ni en la bonita ciudad de Fez, ni en la historia del nacimiento del pueblo árabe, repaso las torres de novelas donde reposa el final de la saga de Kurt Wallander y el principio del inspector Quirke. Todavía no ha llegado su momento y en este viaje no vendrán no conmigo. Lo siento chicos. Además, tengo a Yasmina Khadra que se aproxima más al ambiente cálido y terroso al que me dirijo, pero me he leído todas sus novelas, y aunque sería un fiel narrador de las aventuras que me esperan por vivir, lo descarto muy a mi pesar.
Realmente, no se muy bien lo que ando buscando pero espero el momento que me mire desde la posición en la que se encuentra y me haga ojitos para que lo sostenga en mis manos.

IMA SANCHIS, EL DON DE ARDER. 6 mujeres en la portada. 12 ojos me acechan. 60 testimonios en el interior se abren paso entre el espacio de aire que nos separa. Es él. Lo se. Lo cojo y en el último momento lo meto deprisa en la maleta. Me acompañará durante 8 intensos días y la decisión no ha sido mía.



Editado hace más de 10 años, este libro recoge el testimonio de mujeres de todas las edades y nacionalidades que, con su forma de enfrentarse al mundo, estaban creando el movimiento feminista tal y como lo conocemos ahora. Mujeres que se impusieron a sistemas políticos, machistas y jerárquicos. Valientes y luchadoras.

Niñas victimas de la pobreza, como el caso de Arati que con el dinero que ganaba vendiendo postales por la ciudad de Varanasi se pagaba el colegio, los libros y mantenía a su familia: unos padres analfabetos y cuatros hermanos. "Nosotros no somos inferiores a los occidentales, pero necesitamos parte de su dinero para sobrevivir. Cuando sea mayor no podré vender postales por la calle porque nadie me las comprará, pero tengo previsto dar clases de hindi a los extranjeros" Página 35.

O el testimonio de ancianas exhaustas pero tenaces, como Estela Carlotto, que gracias a su tesón fundó el movimiento conocido como las Abuelas de la Plaza de Mayo y actualmente sigue buscado a su nieto desaparecido a manos de un régimen político y corrupto. "He sacado la fuerza del sueño de nuestros hijos, treinta mil jóvenes de esa generación asesinada que nos han enseñado a luchar por una Argentina libre y justa. Yo estoy esperanzada porque, viejas como estamos, hemos conseguido encarcelar a más de uno. Quien no sabe llorar, no puede reír" Página 89. 

O el caso de Neus Catalá, extremadamente duro por ser superviviente del campo de concentración de Ravensbrück. Una mujer que todavía tiene pesadillas y se siente culpable porque el destino no la escogió a ella para morir y sí se llevó a sus compañeras. "La vida en aquel antro de muerte era amada con pasión. Vivir era nuestra rebeldía, sin embargo, para mí, la liberación no significó nada porque sabía que España no había sido liberada" Página 97

Ima Sanchís mantuvo conversaciones con políticas, abogadas, defensoras, escritoras, supervivientes, niñas y ancianas. Biólogas, cantantes, filósofas, maestras espirituales, activistas de las causas más nobles y diversas. No hay una sola página, ni un solo capítulo, que no esté marcado por una frase o una circunstancia cargada de valor y simbolismo. Tampoco son raros los testimonios que enternecen especialmente al lector y lo acercan a la causa expuesta de un caso en concreto. 

Leer es vivir: es comprender que el mundo esta compuesto por diversas sociedades y, acercándonos a ellas, podemos llegar a entender mejor la nuestra. Es viajar de un país a otro sin levantar la vista de las páginas de un libro y apreciar olores y sabores a través de distintas tradiciones. Es entender, conocer y aprender de otras culturas. Es saber apreciar las cosas que nos rodean para poder proyectar con ansía nuestras sensaciones y sentimientos. Es conocernos mejor a nosotros mismos para amar a través de las letras.

Y para recordar a todas las protagonistas que han llenado tantos espacios en mi interior, parafraseo el prólogo de Jose Antonio Molina donde admite con orgullo: "Cuando las mujeres se ponen en marcha y dicen "basta", no hay obstáculo que las detenga". 


1 comentario:

  1. Una joya. Un deleite y un tremendo aprendizaje. Y me atrapó como si fuera una novela

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