Katerina Jaritos, la hija del comisario Kostas Jaritos, es atacada cuando sale de los juzgados por defender los derechos de unos inmigrantes africanos. El guardia de seguridad observa el altercado y no hace nada. El supuesto suicidio de un empresario alemán de origen griego hace que salten las alarmas en la comisaria. Mientras Katerina se recupera, un cadáver aparece de nuevo, reivindicado por un grupo denominado "Los griegos de los años cincuenta". ¿De que va todo esto?
"- A ti te pegaban también tío Lambros? - pregunta Katerina.
- Ya que he pasado media vida recibiendo palos te diré algo: debes seguir haciendo aquello en lo que crees y no dejar de decirte "No cabrones, no os saldréis con la vuestra". Solo hay una cosa que no debes hacer.
- ¿Cuál?
- No permitas que el odio pueda contigo. La obstinación en hacer lo correcto te ayudará. El odio acabará consumiéndote y te llevará por caminos equivocados"
Capítulo 2
"Por la noche Atenas parece tan vacía como nuestros bolsillos. Dos vasos comunicantes con la misma fuga diaria. Calles vacías, aceras vacías, restaurantes vacíos. Si durante el día ves el agotamiento de Atenas, por la noche ves su desolación"
Capítulo 20
Los peculiares asesinatos que está investigando Kostas Jaritos tienen varios denominadores comunes, un de ellos es que ambas víctimas eran nacionalistas de derechas y habían combatido en la Guerra Civil. También interviene el supuesto suicidio que aparece en las primeras páginas de la novela, pero ¿cual es la clave de todo este lio? ¿Que es lo que reclaman exactamente los excombatientes de la Guerra Civil? ¿Cómo cerrará Markaris está última entrega de la crisis griega?
"Un grupo de niños, entre los que hay también uno negro, juegan despreocupadamente delante de la academia. Si cierras los ojos, no podrás distinguir al niño de color de los demás. Habla tan bien griego como los niños de este país"
Capítulo 13
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