martes, 14 de agosto de 2018

DONDE SIEMPRE ES MEDIANOCHE

Para investigar la desaparición del Premio Nobel de Astrofisica y la creación de una secta liderada por el Anticristo Superestar, el Sabueso Informativo se desplazará hasta Silenza, un pueblo situado en la costa italiana. La cultura siempre fue el motor que movió la capital del arte y el conocimiento; los estudiantes ilustrados y la aventura eran el sinónimo que representaba la felicidad en este municipio, pero algo está ocurriendo de un tiempo a esta parte que ralla la incredulidad: una nocturnidad ininterrumpida ha llegado para instalarse y los vecinos la han aceptado sin más.


"Conversar con una mujer hermosa, divertida y sutil es en sí mismo una novela de misterio, un caminar lento y minucioso yendo de baldosa en baldosa de significados, un disfrutar del palabreo y de la probabilidad, de lo inesperado, de la curiosidad, de lo otro..."
Página 73

El protagonista de esta historia se identifica como el Sabueso Informativo: una persona curtida en el periodismo bélico que tendrá que desplegar toda su imaginación y olfato detectivesco para resolver el enigma de la oscuridad en Silenza. Además, este fotoperiodista no viaja solo. Un sin fin de fobias, manías, tics, enfermedades imaginarias, miedos, complejos y neuras lo acompañaran en su largo recorrido de investigación. Sin embargo, por el camino se encontrará con su mayor obstáculo: la joven Elisabeta que, además de abrirle los ojos con respecto a lo que verdaderamente ocurre en Silenza, le destapará los conductos de ventilación que van directos al corazón. El amor que siente por la bella muchacha llenará un par de capítulos con mucho humor (y amor) donde el lector podrá descubrir la faceta más escondida del fotoperidista maniático. 



"Veo un anuncio público en una marquesina: "Se vende riñón sano, razón aquí". Hay un número de teléfono. Llamo. Comunica..."
Página 31

En esta historia, la ironía se mezcla con la distopía y el humor negro con la realidad más fantástica.
Hoy, la oscuridad envuelve las esquinas de una ciudad y sus habitantes son felices dejándose engañar. Y lo más curioso es que, mientras voy leyendo, no me sorprendo de nada de lo que pasa en este libro pese a la violencia de algunas escenas, como el proceso de ejecución que se lleva a cabo en un programa de televisión emitido en directo y presentado por el mismo alcalde. 
La noche no sólo ha traído el misticismo a Silenza, también a disparado la criminalidad entre calles, o eso es lo que el gobierno apunta porque, a estas alturas, se dedica a manipular los informativos, los medios de comunicación y la opinión pública. En alguna parte de mi bonita cabeza, mi cerebro está aceptando la realidad de esta población imaginaria como si fuera la de mi propio municipio, doy cabezazos de asentimiento al mismo tiempo que asumo la manipulación que envuelve nuestras vidas. La noche ha terminado por transformar Silenza y ahora todo es chantaje y trapicheo. La cultura ha desaparecido y se ha convertido en algo complejo e inaccesible, misterioso y cruel. Mientras, el cuerpo policial tiene el beneplácito para arrestar a cualquier persona sin importar cual es la verdad porque con la acusación es suficiente para sentenciarla a muerte.
Mi mente está en pleno proceso de ebullición.
Y en medio de esta crisis: el retroceso, la apatía, la adversidad laboral y el miedo de la población están destruyendo la dignidad de las personas y el razonamiento más básico para poder sobrevivir sin violencia. 
Por suerte, entre las paginas de este libro existe un personaje mediocre pero inteligente que apunta su cámara y dispara igual de bien las fotos como las palabras. Está convencido cuando afirma que la verdadera democracia proviene de la familia y el único rescate a la crisis económica mundial deriva de la unión familiar. No es ninguna solución, pero en medio de tanto caos es una evidencia de lo que está pasando actualmente en cualquier parte del mundo. Nosotros también vivimos a oscuras mientras una luz cegadora ilumina nuestras hermosas y maltrechas miradas. 


Hay tanto de verdad en esta novela que da miedo avanzar por ella. Que no os engañe el humor negro, negrisimo del escritor, ni tampoco los excesos con respecto a las descripciones, pues cada una de ellas son la conjunción de miles de sensaciones juntas. Detrás de un pensamiento, siempre existe una acción (voluntaria o involuntaria) y, aunque parezca que la moralidad cada día va en retroceso, con más motivo necesitamos novelas como esta que nos indiquen cual es el camino para no perdernos en la misma oscuridad en la que cayó Silenza.

"De hecho Silenza solo consigue hacerme ver lo que intuyo: que la vida no es realista sino extraña, turbia, oscura como esto que escribo; como todo"
Página 50



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