domingo, 7 de octubre de 2018

NAVEGO POR EL NILO CON AGATHA CHRISTIE

                 Si leer a los escritores árabes me ha insuflado un soplo de vida y entusiasmo, bucear en las historias de Agatha Christie que tienen como escenario el Nilo ha sido una experiencia extrasensorial. Junto a ella y su inspector Hércules Poirot, he viajado de Londres hasta Asuan cargada de malos presagios y una lupa, ambas cosas me resultan imprescindibles e inseparables cada vez que me sumerjo en la lectura de alguno de los libros de la Dama del crimen. Atención, hay que hilar muy fino para saber por donde van los tiros, no pestañear en los diálogos y se acabó eso de leer por las noches para conciliar un sueño placentero. Estoy leyendo a Agatha Christie, tengo que asumir las consecuencias. Y esta vez el ambiente desértico, rodeado de tumbas, faraones, momias y escorpiones es propicio para fabricar un asesino que se pasea por la cubierta de un barco mecido por las aguas del Nilo. Me lo imagino como si estuviera allí. El entorno árido y caliente me trasporta a lugares lejanos. 



                      Que el inspector Poirot esté de vacaciones no significa nada, pues va tener que seguir trabajando bajo el sol abrasador del desierto. El encargo de una bella dama que viaja en el mismo convoy que el policía origina una serie de desencuentros entre el resto de viajeros que harán sospechar al lector hasta del canario del vecino. La señora Doyle, de soltera Ridgeway, se acaba de casar con el pretendiente de su mejor amiga Jacqueline. La señora Doyle manifiesta que su marido esta profundamente enamorado de ella y no de su dinero, cosa que Jacqueline, compuesta y sin marido, pone en duda y se encarga de demostrar por activa y por pasiva. La petición de la señora Doyle para que el inspector Poirot la vigile de cerca no está exenta de fundamento: Jacqueline está haciendo todo lo posible por acompañarlos en la luna de miel, como si de un tercer miembro se tratara y ha manifestado en varias ocasiones su propósito de acabar con la vida del hombre que la dejó plantada en el altar. 

"- Creo que podríamos ir a Egipto - murmuró Rosalie-. No creo que haya una gran diferencia.
- No es una cuestión de vida o muerte - repuso Mrs. Otterbourne.
Pero en eso se equivocaba, porque sí se trataba precisamente de una cuestión de vida o muerte"
Página 45




                    Reseñar a la gran Agatha Christie sin desvelar un solo detalle que comprometa a futuros lectores me ha parecido una tarea sumamente difícil, de esas en las que sudas solamente de pensar. Por otro lado, y entrando en contradicción conmigo misma, La Señora también lo pone fácil debido a la calidad de sus textos. Su capacidad para fabricar historias psicológicas dejando a un lado la violencia o la sangre hacen que el lector se vea inmerso en un rompecabezas dirigido por situaciones inverosímiles pero totalmente viables en el plano ficticio. Analizando su obra, me sorprendo a misma cuando, en alguna tertulia literaria, los más entendidos en el género osan criticarla. Sinceramente y entre nosotros, que somos pocos, estos detractores que destacan la falta del factor sorpresa o la capacidad de la autora para introducir el piloto automático y canalizar las novelas siempre con el mismo patrón no son capaces de medir la literatura con la misma vara. Si la escritora hubiera llevado pantalones, literalmente, otro gallo cantaría.  

              Agatha Christie ha sido una de las autoras más prolíficas y que más libros ha vendido y sigue vendiendo actualmente, solamente superada por Shakespeare o la Biblia. Su pasión por la literatura la empujó a escribir 66 novelas y 150 relatos policíacos y consiguió introducir el género negro en todos los hogares, consagrándolo como lectura de cabecera para todos los públicos y sexos. Agatha Christie creía que la mejor receta para el éxito de una novela policíaca se basaba en que el detective nunca debía saber más que el lector, y con esa reflexión finalizo.  
Señores, yo les aconsejaría que leyeran a La Dama de la novela negra y después juzgaran ustedes mismos. El paseo por el Nilo les saldrá prácticamente gratis...




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